El ministro de Educación, Alberto Sileoni, pudo respirar tranquilo ayer cuando
logró cerrar un acuerdo con los cinco gremios docentes
de todo el país para aumentar el salario mínimo de los maestros, y así terminar con el
conflicto que amenazaba el inicio de clases.
Pero la paz le duró poco: tres gobernadores que no reciben asistencia financiera de la Nación
salieron a criticar el aumento porque, sostienen, complica las ya
ajustadas
financias provinciales.
"El gobierno nacional negocia con la plata de los otros y nos complica la vida",
disparó el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri, quien mañana debe encarar
sus propias negociaciones con los sindicatos docentes. "Evidentemente, acá tenemos una paritaria
docente que le complica la gestión a todas las provincias. Ellos negocian y nosotros después
tenemos que ver cómo nos hacemos cargo", afirmó Macri tras una reunión de gabinete.
"Cualquiera arregla con la plata de otro", coincidió el gobernador de Chubut,
Mario Das Neves, quien calificó al acuerdo salarial como "una falta de seriedad". "No me llegan
nunca (los fondos), le llegan a algunas provincias amigas, obedientes y obsecuentes. Esto es
vergonzoso", protestó, y habló de "despojo a las provincias".
Las críticas también llegaron desde Córdoba: "Estamos pagando sueldos más altos de lo que
ellos hablan. Además de 'truchar' las cifras, nos han perjudicado con esta pseudoparitaria",
criticó el secretario general de la gobernación, Ricardo Sosa.
El salario docente mínimo aumentará un 22 por ciento en dos tramos: será de 1.740 pesos en
marzo (suba del 17%) y pasará a 1.840 en junio (5%). El jefe de Gabinete Aníbal Fernández
aclaró que se trata de "una pauta" las negociaciones de cada distrito.
"El Gobierno nacional no fija los sueldos de las provincias". Históricamente, a través del
Consejo Federal de Educación, hace una tarea de reunión con el puñado de gremios nacionales y casi
los 200 sindicatos provinciales, que son los que, en definitiva, discuten este tipo de punto",
indicó Fernández.
Por su parte, el ministro de Educación defendió el aumento como "un piso de dignidad para los
docentes" y argumentó que
la paritaria nacional tiene derecho a fijar el salario mínimo.
Sileoni recordó que el Estado nacional ayuda a 11 provincias a pagar los sueldos educativos,
y afirmó que la ciudad de Buenos Aires no tendrá problemas para abonar el aumento, ya que dedica el
38% de su presupuesto a la educación. También aprovechó para responder al gobernador chubutense:
"Me sorprende la interpretación del gobernador Das Neves, esta paritaria nacional no tiene alcance
para la provincia de Chubut porque ya esta por encima de ese limite", dijo.
La presidente Cristina Fernández de Kirchner también elogió la medida durante un acto en
Burzaco, partido bonaerense de Almirante Brown. "A cambio de ese incentivo docente y el piso
mínimo, pedimos que los chicos tengan 180 días de clase, que le van a permitir formarse",
reclamó
la mandataria.
Fuente: DyN