Los rostros serios dominan la escena por estas horas en el bunker oficialista. En Costa Salguero son pocos los funcionarios de alto rango que se dejan ver. Muchos de ellos se refugiaron en el VIP que instaló Juntos por el Cambio en el pabellón cinco del complejo.
Aunque algunos creen que “hay que esperar” la preocupación es el denominador común entre funcionarios y dirigentes. En todo caso, la diferencia con la oposición es lo que más preocupa. Es decir, una diferencia irremontable para las generales de octubre.
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El clima contrasta con el que venía teniendo el equipo presidencial durante el transcurso del día. El jefe de Gabinete y líder de la campaña nacional, Marcos Peña, animó al mediodía un almuerzo con gran parte del gabinete en el quincho de la residencia presidencial de Olivos mientras el presidente Mauricio Macri descansaba en su quinta familiar en Malvinas Argentinas llamada Los Abrojos.
En el almuerzo, donde hubo choripanes y lomitos, se mostraron números bajo la consigna de no revelar datos. “Estamos muy bien, tranquilos”, le transmitió a PERFIL uno de los 40 comensales que participó.
Peña había convocado a los equipos de Ciudad y Provincia, que se sumaron a los que trabajan en la campaña nacional. Así, charlaron animadamente el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, el jefe de gabinete bonaerense, Federico Salvai, el jefe de la campaña porteña, Eduardo Macchiavelli, los ministros Patricia Bullrich (Seguridad), Guillermo Dietrich (Transporte) y Nicolás Dujovne (Hacienda). También el secretario de Medios, Mariano Mohadeb, su par porteño, Marcelo Nachón, y el subsecretario de Medios nacional, Gustavo Gómez Repetto, entre otros funcionarios de alto rango.
Allí observaron que los niveles de participación, sobre todo en zonas donde, a priori, el oficialismo cree que le irá bien. Aunque sin un optimismo irracional, evaluaron que, si bien podría quedar abajo la fórmula Macri-Pichetto, la diferencia podría resultar “remontable”.
Además, destacaron el trabajo de fiscalización en zonas calientes, sobre todo de la tercera sección electoral, en el sur del conurbano.
Aunque no había certezas sobre el corte de boleta, en el almuerzo se evaluó que María Eugenia Vidal podría ser beneficiada en tal sentido.
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También, hubo sonrisas cuando se comentaron los datos, supuestamente con boca de urna, que difundió el kirchnerismo durante toda la tarde. “Es increíble los números que intentaron instalar todo el día”, repetía uno de los funcionarios del comando de campaña bonaerense.
Así las cosas, muchos de ellos abandonaron la quinta de Olivos para concurrir al búnker de Costa Salguero, donde la música de reggateon y las primeras bandejas con sandwichitos los esperaban después de las 18.
