POLITICA

Derechos humanos: uso y bandera

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En diciembre de 2012, Cristina Kirchner dijo: “¿Qué otro Poder del Estado tiene un cargo asegurado para toda la vida, y si lo juzgan lo juzgan sus pares? En la política hay una renovación permanente, pero acá no es lo mismo. Hay que poner en marcha una democratización del Poder Judicial”. Estas declaraciones iniciaron sus cuestionamientos a un poder del que discute, entre otros, la continuidad de jueces que están en funciones desde la época de la dictadura. Julio César Strassera –él mismo fue promovido a fiscal general después de 1976 y a juez de sentencia en 1981– dice que esto es una falacia, porque “en el advenimiento de la democracia, lo que se hizo fue dejar fuera de la carrera judicial a aquellos jueces que habían sido nombrados a dedo por la dictadura, pero a los que tenían acuerdo se los dejó. Yo creo que (ese sistema) funcionó bastante bien, aun durante esos años oscuros. ¿Qué iban a hacer los jueces, quemarse en la Plaza Lavalle?”.
—¿Cómo percibe el avance en materia de derechos humanos de los últimos años, que el Gobierno destaca como uno de sus grandes triunfos?
—Hay algo muy grave, y es que ha habido organizaciones de derechos humanos que siempre han merecido mucho respeto, y ahora son atacadas por algunos por haberse acercado tanto al Gobierno. Antes, nadie se hubiera animado a hablar mal de Estela de Carlotto, pero ahora hay grupos que le reclaman la cercanía y la defensa a ultranza de todas las medidas del Gobierno. Los juicios no deberían estirarse tanto, pero pareciera que no les conviene que así sea. Hubo un proyecto de Andrés D’Alessio y Ricardo Gil Lavedra destinado a acelerarlos, pero nunca se trató. Entonces, vemos que Videla tiene 18 juicios, seis condenas a perpetua; declara hoy en esta causa y mañana en esta otra. Pareciera que es un tema que no les conviene dejar.