POLITICA
Una semana antes del cambio de gobierno

Donaron once camiones a Santa Cruz del plan Argentina Sonríe

El programa brinda asistencia odontológica. Estaban a cargo la mujer de Máximo, la madre de Larroque y la nuera de De Vido.

cristina sonríe
Programa. Lo lanzó CFK en 2014. Un problema fue que las máquinas se descalibraban en la ruta. | cedoc

Apenas una semana antes de dejar el poder, el gobierno de Cristina Kirchner le donó a la provincia de Santa Cruz once móviles que se utilizaban para el programa Argentina Sonríe, creado con el objetivo de llevar atención odontológica por todo el país. Ese convenio, junto a una auditoría interna que detectó posibles sobreprecios, es materia de análisis en el Ministerio de Salud, donde evalúan presentar en los próximos días una denuncia judicial.

En diciembre de 2014, la ex presidenta anunció la puesta en marcha del plan, que según la auditoría que hizo Salud insumió una inversión de $ 224 millones. De ellos, $ 150 millones se giraron a través de cuatro universidades nacionales, punto en el que los auditores ponen la mira por la dificultad de corroborar y justificar determinados gastos.

A cargo del programa estaban tres parientes de encumbrados nombres del kirchnerismo. Rocío García, la esposa de Máximo Kirchner, que no tenía un cargo formal pero igual decidía qué se hacía, según relataron fuentes del ministerio. Quien tomaba las decisiones era Elena Morán, la madre del secretario general de La Cámpora, Andrés “el Cuervo” Larroque. Odontóloga de profesión, Morán era asesora de la directora de Salud Bucodental, Belén César Gallardo. Esta última es la nuera de Julio De Vido.

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“Cuando asumimos, nos encontramos con que la directora nacional (por la nuera de De Vido) se acercó a comentar sobre problemas que existían en Argentina Sonríe, por lo que iniciamos una auditoría y aparecieron todos estos problemas”, expresó el viceministro de Salud, Néstor Pérez Baliño.

Convenios. Un punto que llamó la atención a los nuevos funcionarios es que entre los papeles aparecieron dos convenios firmados entre Nación y Santa Cruz para ceder los once móviles (de un total de 50), con un día de diferencia y pequeños cambios. En el segundo, por ejemplo, se especifica que Héctor Rolando Nervi, actual secretario de Salud de Santa Cruz, sería el responsable de ponerlo en marcha.

En la gestión anterior, Nervi era la mano derecha de Rocío García (hoy lo sigue siendo en el gobierno provincial). En el ministerio aseguran que es el tío de Agustín Nervi, ejecutivo de ventas de Callmed SA. A esa empresa, con sede en Buenos Aires, le pagaron por lo menos tres de las universidades del interior para adquirir y adecuar los ocho tráilers utilizados como consultorios.

PERFIL se comunicó con el despacho de Nervi en Santa Cruz, pero nunca recibió respuesta.

El ex ministro Daniel Gollán, por su parte, aseguró que no recuerda “cómo fue ese desenlace”, pero afirmó que muchos móviles de Salud se donaron a varias provincias, algo que fue desmentido por las nuevas autoridades. “Que auditen lo que quieran, acá hay una cuestión ideológica en el fondo, donde ellos buscan un Estado ausente, que no esté en el territorio”, retrucó Gollán.

Hoy el programa está trabado y solamente está operativo en Mercedes, donde luego de un acuerdo con el intendente local (kirchnerista) se decidió continuar con el plan que ya venía funcionando allí.


Compras en la mira

“Posible perjuicio fiscal al erario público (sic)”. Con esas palabras, la auditoría pone la mira en posibles sobreprecios o gastos innecesarios. La gestión anterior firmó convenios con cuatros univesidades (Chaco Austral, San Martín, Entre Ríos y UTN Río Gallegos). Tres de ellas contrataron a la empresa Callmed SA –con sede en Buenos Aires– para adquirir y adecuar los tráilers, algo que por los montos debería haberse hecho a través de una licitación pública. En un caso, además, fue más cara la refuncionalización que la compra del tráiler.

Por otra parte, también hay problemas con las rendiciones de las universidades. Primero porque hay faltantes, y segundo porque lo rendido no se puede corroborar en su totalidad. Por ejemplo, la Universidad de San Martín presentó facturas por $ 2,8 millones para “promoción de eventos” a realizarse en diferentes ciudades del país.  Pero no se pudo verificar la prestación del servicio ni en qué consistía. En esa casa de estudios, de hecho, no se dicta la carrera de Odontología.

La auditoría, además, sostiene que el equipamiento adquirido superaba lo necesario para prestar “atención primaria”, generando también un gasto innecesario.


Sorpresas en el hangar

La búsqueda de los móviles en Santa Cruz se inició cuando en Salud recibieron una llamativa denuncia: una de las camionetas con los carteles de “Argentina Sonríe” había sido vista en un boliche de Río Gallegos.

Hacia esa ciudad viajaron dos delegados del ministerio, quienes relataron que fueron recibidos con hostilidad por los representantes locales. Fueron hasta un hangar de la Fuerza Aérea, donde estaban las once unidades, que ahora quedaron bajo resguardo de Nación.

En ese galpón también se encontraron con dos ambulancias de Nación, libros del Ministerio de Educación, juegos de plaza e incluso kits del Plan Qunita, por el que ya hay una causa judicial.