El matrimonio presidencial suele denostar la década de los noventa. Encaran
una batalla simbólica en contra de todo lo que significó el menemismo y la aplicación de las
denominadas "políticas neoliberales".
Uno de los lugares paradigmáticos de esos años de relaciones carnales con Estados Unidos,
flexibilización laboral, privatizaciones a mansalva y desocupación extrema es el porteño barrio de
Puerto Madero, una creación de esa época.
Este complejo urbanístico donde la Argentina "primermundista" muestra todo su potencial es
nada más y nada menos que
el lugar elegido por el ex presidente
Néstor
Kirchner para montar sus oficinas desde donde dirige el rearmado del aparato
justicialista (y algunos creen que el gobierno).
Por allí han desfilado en estos días gobernadores e intendentes peronistas, buscando un lugar privilegiado en el Congreso del PJ que hoy se celebra en Parque Norte. Curiosamente, este año fue lanzado el libro “Grasa. Retratos de la vulgaridad argentina”, un ensayo del escritor y periodista Juan José Becerra, editado por Planeta. En él, sostiene que Puerto Madero es un barrio que entra en esa categoría porque "todo barrio que no tiene librerías, es grasa", según el autor.
El ex senador
Eduardo
Menem notó la contradicción y aprovechó para pegarle al oficialismo, acusándolos de
ser "la peor lacra" y de hacer "transfugismo político".
"
Tanto nos criticaban a nosotros por Puerto Madero como algo emblemático. Ahora ellos lo
usan para gobernar. Muchos ahora lo consideran Tierra Santa", dijo el ex senador en
declaraciones a Radio Belgrano que sita el portal Impulo Baires.
Para el hermano de
Carlos
Menem, "acá hay alguien que tiene el poder formal, que es la presidenta (Cristina Fernández) y
alguien que ejerce el poder real, como es (el ex presidente Néstor) Kirchner".
"El verdadero poder está en Puerto Madero. La Casa Rosada es para recibir visitas. Esto es
una cuestión equivocada, no creo que nos miren bien desde afuera", señaló el riojano. Sobre por qué
muchos políticos se alejaron de su hermano, Eduardo Menem atribuyó todo a "ambiciones políticas".
"Los gobernadores, que antes tenían hasta una relación de amistad personal con el ex
presidente, por lo menos así lo demostraban, se van sin ningún tipo de remordimiento. Aparecen
públicamente. Algunos no solo no reconocen la relación anterior y ahora reniegan de ella", indicó.
Y ejemplificó: "Kirchner fue uno de los que más elogió a Carlos Menem. Hay videos, fotos.
Recuerden cuando dijo que no había un tan buen presidente como Carlos Menem para la Patagonia".
"Acá se instaló el
transfugismo político como una estilo para hacer política. Diputados que son
elegidos por un partido no tienen empacho para cambiarse de partido al otro día.
Son la peor lacra como Lavagna , y todo eso", finalizó.