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Ejecutivos argentinos y efectivo sin control, ejes de la investigación

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Alem 1067. Centro operativo del gigante ítalo-argentino. | Cedoc Perfil

La madre es todo, dicen los italianos. El caso Techint parece confirmarlo. Muy lejos de Buenos Aires, donde el grupo despliega su centro operativo, la toma de decisiones y las oficinas centrales, la sociedad madre de este gigante de la construcción y el acero eligió asentarse en las lejanas Luxemburgo, Milán (Italia) y Lugano (la Suiza italiana). La mamma es San Faustín SA, la casa matriz, el eslabón más alto del holding de los Rocca.

Presidida al menos hasta 2015 por Roberto Bonatti, primo de Paolo Rocca y alto ejecutivo del grupo, desde hace décadas esta sociedad desconocida para los argentinos es la dueña de todo el imperio Techint: Tenaris, Ternium, Tecpetrol, Tenova, Techint y Humanitas.

Hasta 2011 tenía sede en Curazao, en las Antillas Holandesas (un paraíso fiscal caribeño), pero tras una investigación del fisco de Italia se vio intimada a mudarse a territorio europeo (uno de ellos, Luxemburgo, también conocido como paraíso del secreto fiscal), según consta en la investigación italiana.

Los fiscales italianos investigaron durante 2016 y 2017 los supuestos pagos de sobornos del grupo ítalo-argentino a funcionarios brasileños de Petrobras. No sólo detectaron pagos a Renato de Souza Duque, sino también a una cuenta en Ginebra de Jorge Luiz Zelada, director del área internacional de la petrolera brasileña.

En Milán investigan a Paolo Rocca y a su hermano Gian Felice Rocca (quien vive en Italia). Otros dos miembros de la familia están nombrados en el expediente italiano: Lodovico Andrea Palu Rocca, sobrino de Paolo y miembro de la cúpula del grupo, que además ocupó un importante cargo en la filial brasileña; y Roberto Bonatti, primo del CEO de Techint y uno de sus ejecutivos clave. Hay un quinto hombre de la compañía: Héctor Alberto Zabaleta, director de Administración de Techint en Argentina. PERFIL intentó conocer la versión de Zabaleta, pero no obtuvo respuesta.

Al revisar los documentos bancarios, los fiscales de Milán encontraron otra cuenta bancaria que recibía fondos de las sociedades de Techint, o mejor dicho, de San Faustín. Fundiciones del Pacífico SA le giró US$ 3,4 millones; mientras que Sociedad de Emprendimientos Siderúrgicos le transfirió a esa cuenta US$ 18,8 millones. Total: US$ 22,2 millones.

Esta cuenta estaba a nombre de otra sociedad uruguaya: Isla Mayor, y su beneficiario final era un corredor de bolsa que vive en Buenos Aires: Lorenzo Fenochietto. Así que los fiscales de Milán lo citaron a declarar en Italia y allí fue en abril del año pasado. Parte de su testimonio fue revelado por PERFIL y La Nación en agosto último. Ahora, la investigación arroja nuevos datos que conectan directamente con la Argentina. Isla Mayor parece haber tenido otro objetivo, distinto al de las offshore que destinaban fondos a hombres de Petrobras. Isla Mayor habría alimentado de fondos negros a las oficinas de Techint en Buenos Aires.

Fenochietto confesó haber trabajado para Techint entre 2002 y 2015. Fue el banco BSI el que lo contactó con Zabaleta, quien le dijo, de acuerdo a su testimonio, que varias de las compañías de los Rocca, como Techint, Tenaris, Siderca y otras, necesitaban utilizar fondos a través de cuentas en el exterior por “problemas de liquidez”. Fenochietto también declaró que el dinero que recibía de cuentas suizas de Techint lo cambiaba a pesos y lo entregaba en efectivo a dos gerentes del grupo en la sede de la Alem 1067. Los dos hombres señalados: Zabaleta y Fernando Segundo Prado. Así consta en documentación de la causa.

Los números de cuentas, sociedades y testimonios fueron enviados a la Justicia argentina en 2017 pero el caso aún no registra novedades (ver aparte).