POLITICA
ante una posible acusacion del gobierno

El espía ahora prepara su defensa judicial

En el entorno de Stiuso sostienen que Cristina quiere meterlo preso. Reparte sus días entre Estados Unidos, Argentina y Uruguay, donde se habrían trasladado sus hombres.

Bisagra. La guerra entre Stiuso y CFK se mantuvo en las sombras hasta la asunción de Parrilli.
| Cedoc

El jubilado jefe de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI), Jaime Stiuso, ya trabaja en su defensa. Lo hace entrando y saliendo del país, y en secreto. El espía está convencido de que el Gobierno lo quiere ver preso y lo culpará de haber instigado la muerte del fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman.

A Nisman “había que traerlo urgente al país para aprovechar el estrépito internacional”, escribió la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la última carta que publicó en las redes sociales. Más adelante señaló que “la denuncia del fiscal Nisman nunca fue la verdadera operación contra el Gobierno” y abrió su hipótesis cuando aseguró que “la verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del fiscal después de acusar a la Presidenta, a su canciller y al secretario general de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista a la AMIA”.

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Los defensores de Stiuso aseguran que “Jaime no estaba de acuerdo con que Nisman presente la denuncia ahora. Es verdad que él aportó parte de la información de la denuncia que realizó Nisman, eso es lógico y lo dijo públicamente el propio fiscal”, explicó a PERFIL un allegado del “Ingeniero”, como se lo llama al veterano espía en los laberintos de la ex SIDE.

Jaime se encuentra yendo y viniendo entre Estados Unidos y Uruguay. Casualmente, Santiago Blanco Bermúdez, amigo personal y abogado de Stiuso también se encuentra en el exterior y no piensa regresar al país, por lo menos, hasta la próxima semana. “El Gallego”, un excelente jugador de tenis, también es abogado de la familia de Pedro Tomás Viale, alias “Lauchón”, el espía de la SI que fue acribillado a balazos durante la madrugada del 9 de julio de 2013 por el Grupo Halcón de la Policía Bonaerense.

Las presuntas declaraciones de Diego Lagomarsino, el especialista en informática que trabajaba para la fiscalía especial para el caso AMIA y dueño del arma con la que el fiscal se habría disparado, publicadas por el diario Página/12, en las que dice que Jaime le advirtió a Nisman que se cuidara de la custodia y que protegiera a sus hijas, sería una de las puntas de lanza que tiene el kirchnerismo para culpar a Jaime de haber inducido a Nisman a que se suicide.

“En ese sentido que se queden tranquilos porque no van a encontrar ninguna comunicación entre Jaime y Alberto, en por lo menos, diez días antes al domingo. Si es que encuentran una comunicación”, esgrimió la misma fuente antes de afirmar: “Sé que no me creés, pero te digo lo que yo sé”. Las olas en las playas del Este están calmas. Hoy Uruguay es el centro de operaciones de los agentes que siguen trabajando para el espía que la Presidenta echó el pasado 17 de diciembre.

En las playas del vecino país hay una frase que se le atribuye al propio Stiuso: “Me quisieron matar a uno, y me terminaron matando a dos. No voy a permitir que me maten a uno más”. Jaime se refería al tiroteo que recibió hace unos años Javier Fernández, auditor de la AGN; a la muerte de “El Lauchón”, y ahora a la muerte de Nisman.

Nisman, señaló la misma fuente, estaba convencido de que “lo iban a sacar de la fiscalía en febrero y él prefirió presentar la denuncia antes de que lo echen, porque iba a tener mayor impacto que si la presentaba después de que lo saquen del cargo”. Acá hay que utilizar el sentido común, dicen en el entorno de Jaime: “¿Quién gana y quién pierde con la muerte de Nisman?, sin dudas, el que pierde es Jaime, por eso no es factible pensar que el propio Jaime vaya a instigar el suicidio”. El Gobierno cree todo lo contrario.

Todo indica que quien va a tener un rol preponderante es la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman. La magistrada tendría “información complementaria” y estaría utilizando como soporte el apoyo de un sector de la SI que aún responde a Jaime.

También esperan que la causa quede en manos del juez federal Ariel Lijo. “Primero porque se trata del posible asesinato de un fiscal federal, es imposible que la investigación la haga un juzgado federal”, argumentó un operador judicial. Actualmente, la causa es investigada en la Justicia ordinaria. Por algún motivo, los allegados a Jaime prefieren jugar en los tribunales de Comodoro Py.