En su discurso de ayer, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dedicó un párrafo especial para los bancos que especulan con el dólar. Incluso denunció que el Banco Central les avisa a las cuevas, las casas de la city porteña que venden el ilegal dólar blue, cuando van a ser allanadas.
La jefa de Estado citó declaraciones del fiscal antilavado Carlos Gonella, quien según ella contó que "cuando fueron a hacer los allanamientos se encontraron con personal de seguridad retirado que estaba haciendo la seguridad de estos lugares y también con que desde el Banco Central algunos habían avisado que estaba todo tranquilo, que no iba a pasar nada". "Estas son declaraciones del fiscal Gonella", remarcó.
La primera mandataria probablemente haya calculado que Juan Carlos Fábrega, que hoy renunció a la presidencia del Banco Central, se daría por aludido. Tal vez, incluso, se lo tomaría como algo personal. Es que el banquero tiene un hermano, Rubén Cleofas Fábrega, que está acusado de manejar una cueva en plena city porteña.
Como publicó la revista Noticias, cuando asumió el funcionario ya era un secreto a voces que su hermano operaba una casa de cambio ilegal. Además, Rubén acumulaba 32 cheques rebotados sin fondos por 400.000 pesos ante el Banco Central. Diez de esos cheques pertenecían a Visalia S.A., una constructora mendocina; el hermano de Juan Carlos figuraba en el Boletín Oficial como director suplente de la empresa, que tuvo contratos rescindidos con la Universidad Nacional de Cuyo.
La cueva de Rubén Fábrega estaría ubicada en el piso 17 de la calle 25 de mayo 517, en pleno corazón de la city financiera porteña. Desde esas oficinas, además de comprar y vender dólares, el hermano de Juan Carlos también se dedicaba a gestionar préstamos del Banco Nación para terceros interesados, según publicó el portal mendocino MDZ. De acuerdo a la investigación, Fábrega cobraba una comisión por cada crédito otorgado.
El dato del hermano de Fábrega habría sido también una de las armas que usó Axel Kicillof en su interna abierta contra el ex titular del Central. El ministro de Economía es uno de los pocos funcionarios que aún tiene llegada directa a Cristina, y le habría deslizado la información a la mandataria, para ubicar a su rival en la línea de los "buitres".
