POLITICA
PERFIL en las Islas - Parte I

El filósofo Tomás Abraham en Malvinas

Enviado por PERFIL, viajó para conocer, a 30 años del inicio de la guerra, el territorio por el que murieron cientos de argentinos. Fotos.

El filósofo viajó a Malvinas para conocer el territorio por el que murieron cientos de argentinos.
| Cedoc

I. Recién tengo una idea de lo que debe haber sido la vida de los reclusos enviados a las cárceles de Tierra del Fuego, gracias a la experiencia que el diario PERFIL me invitó a disfrutar en nuestras queridas islas Malvinas.

Un periodista de la revista Gente, otro del diario Patagónico de Chubut, conforman todo el pelotón nacional aquí presente, ya que ningún otro visitante argentino se percibía en los primeros días de esta semana del trigésimo aniversario de lo que acá consideran como un día macabro de la historia de las islas. Siendo el 2 de abril un día de luto, el 14 de junio festejan lo que llaman el día de la liberación, jornada de agradecimiento a Margaret Thatcher y a Gran Bretaña en general.

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Asistí este domingo a una misa en la iglesia anglicana y conocí al párroco Richard Hines, que hace cinco años vive en Puerto Argentino que aquí llaman Stanley. En los setenta vivió cuatro años en el Chaco salteño trabajando de ingeniero fitopatólogo en una comunidad de matacos. Dejó nuestro país para ir hacia el Paraguay en el comienzo de la contienda por consejos de su propia embajada, dado que el clima con los ingleses se había enrarecido.

Es lo mismo que me pasa a mí en este puerto. Es un clima más que raro, más bien hostil. Lo que no quiere decir que haya caza de argentinos, les llevaría unos minutos, pero me recomendaron no ir a los pubs porque la borrachera metódica, a base de lúpulo, despierta cierta animosidad ante quien habla castellano y no es chileno. Me basta con no salir del hotel para evitar mirarle la cara a la señora de la recepción cada vez que le pregunto algo.
Es posible que por mi edad se me confunda con un veterano de guerra, más de uno me lo preguntó, a mí, que ni siquiera hice la conscripción. Digo que soy periodista, labor que no es mejor catalogada ya que aquí, como en nuestro país, dicen lo mismo: ¡los periodistas argentinos mienten! Les faltan los alfajores con la consigna resaltada porque desconocen el producto.