POLITICA
estrategia electoral

El Gobierno quiere demorar la campaña

Es para aprovechar la ventaja que le otorgan los actos de gestión. También busca evitar que los dirigentes opositores recuperen espacio. Secretos de una cena en el búnker oficialista.

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Campaña de Cambiemos | Presidencia

El martes por la noche, la terraza del tercer piso del búnker de campaña que tiene el Gobierno en San Telmo volvió a llenarse de dirigentes. Fue el aperitivo para lo que será la estrategia electoral: una campaña corta donde la gestión será fundamental y donde se apelará a “profundizar el cambio” y “no volver al pasado”, como ejes discursivos.

La campaña corta busca mantener la ventaja que ofrece controlar los actos de gestión –como la inauguración del Metrobus, ayer, en La Matanza– y no polemizar con la oposición, para invisibilizarla.

“A diferencia de la oposición, nosotros tenemos anuncios día a día y ellos se tienen que esforzar para mostrarse. Por eso nos conviene una campaña corta en la que se debatan promesas electorales, pero no subir al ring a otros actores antes de tiempo”, describe uno de los armadores del macrismo.

En la cena celebrada en el edificio de San Telmo, bautizado como Balcarce (allí fue encontrado el perro que se transformó en un emblema del PRO), cotizaron el jamón crudo, los quesos y las aceitunas como entrada, seguidos por el asado, y torta brownie o ensalada de frutas como postre. Allí estaban el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal: el “tridente de poder” que hoy gravita de forma decisiva en las decisiones políticas del presidente Mauricio Macri. También participó el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, que había enfrentado días de tensión con Peña por un hipotético desplazamiento de su lugar en el Congreso.

No estuvo, para disfrutar de la carne argentina, el estratega Jaime Duran Barba, quien se encuentra de gira por Estados Unidos –donde da clases– y México. Duran Barba regresará a fin de mayo para comenzar a trabajar en la estrategia electoral.

En la cena se aludió también a Martín Lousteau, quien cosechó odios en la cúpula del PRO. También se habló de la increíble imagen positiva que detentaba Macri en Santa Cruz (más del 60%). Todo en un clima de relax. Mario Quintana, vicejefe de Gabinete, dio un panorama económico positivo: suba del empleo y la construcción y baja de la inflación, a grandes rasgos.

Tanto Rodríguez Larreta como Vidal brindaron un escenario de sus distritos. Los escuchaban los peronistas del PRO: Jorge Triaca, Diego Santilli y Cristian Ritondo.

También estaban Rogelio Frigerio (quien se mostró confiado en cerrar acuerdos en todas las provincias) y Esteban Bullrich, resignado a ser candidato.

Curiosidades de Cambiemos: a la misma hora y el mismo día, en Rivadavia al 1800, frente al Congreso, un grupo de diputados nacionales se reunió con el jefe del bloque, Nicolás Massot, para que les explicara los alcances de la cumbre Peña-Monzó que reveló PERFIL el domingo pasado.

Allí muchos de ellos, los autodenominados “templarios” (por su cercanía con la Casa Rosada), tenían una versión bastante justa de lo que había ocurrido.

Horas antes de la cena, por la mañana, la mesa chica electoral del macrismo decidió suspender, hasta el cierre de listas, los encuentros regionales que planeaba Cambiemos. El motivo: como todavía falta definir candidatos en varios puntos del país, se decidió evitar reuniones masivas hasta tanto no se ordene el mapa electoral en cada provincia.