No hay meta mayor de la especie que apagar el dolor. Hasta los chicos (a su modo) lo saben. Se pide, se ruega, se escribe, se cacarea sobre el tema. Pero no. La civilización (de haberla) debería tenerla como urgencia mayor de su agenda. Pero no. Amagan y eluden meter mano en La Cosa. Que es simple. Al dolor lo enciende el hambre. Lo mantiene la avaricia. Lo ahonda el odio. Sobran alimentos y letras y en una década podría parirse otra época. Pero el Gran Tapón resiste todo embate. Ahora, en Copenhague. Lo publicitan como nuevo paso de la humanidad y no es más que otro episodio del Cuento de la Buena Pipa. La Tierra debería cambiar su nombre. Le va mejor Oxímoron. Por sonido y sentido. Al Homo Chapita le place decir A, hacer B y encarajinarse torpe en el C absurdo que le sale. Es su modus inoperandis.
La historia no es más que una cinta sin fin de desatinos tales. Lo prueba la cantidad de estatuas ecuestres que contaminan la corteza terreste. Sea donde sea, estos magnos ex abruptos conforman los pilares sobre los que la sociología y otras ciencias estructuran el entramado de la Versificación Mundial. Dan letra a los 192 Payadores que andan por ahí diciendo A, haciendo B y repartiendo C. Para que sus teorías cuajen cuentan con cofradías de alta sensibilidad. Entre ellas (todo hay que decirlo) la de los pavos reales columnistas de opinión como uno. Aunque a veces también sirven para resaltar algunos de los absurdos que vienen enmascarados de lógica oficial. Una ojeada a la semana permite sincerar algunos: 1/ Los países pobres simulan que pagan al Fondo y el Fondo simula que les cobra para tenerlos engrillados por otros medios. 2/ Obama recibe orondo el Premio Nobel de la Paz 2009 defendiendo con oratoria falaz una guerra de ocupación a la que envilecerá aún más enviando 30.000 nuevos jovenes a matar y morir. 3/ Brasil publicita lucida imagen de país del Carnaval y el tudo bem sin dejar de asesinar garotos excluidos y de producir (y exportar) bombas racimo. 4/ China le presta a Estados Unidos para que crezca su sector privado mientras Estados Unidos usa lo prestrado para que crezca su sector público (¿?) Sin entrar en los absurdos top de la aldea natal, va una pequeñita: la Unión Industrial reunió invitados en el Sheraton a quienes obsequió bolsita alusiva entre cuyos objetos había (invento argentino) una birome...made in China.
Para nada comparable al Big Oxímoron de Copenhague. Allí bochos excelsos de 192 países blablean sobre como cambiar el clima cuando de lo que se trata es de ver cómo cambiar el mundo. Jovenes antioxímoron sitian el palacio de Copenhague con pancartas que indican el camino que no se sigue dentro. "No hay planeta B". "Otro mundo es posible", "Si el clima fuera un banco ya lo hubieran salvado". Cada día se estudia y mejora el interior del cuerpo humano. Y cada día también, se ignora y empeora más el exterior social del mismo cuerpo. Algo, alguien, algunos, impiden humanizar el presente, desratizar al Grupo de los 20, fumigar la ONU y convertir a Copenhague en Hopenhague (como pide otra pancarta) Es posible que los terrícolas (como los argentinos, según Mujica) no sepan quererse. El oxímoron que mejor pinta al hombre es que trata a la Luna como amante y a la Tierra como suegra. Antes de descender del primer cohete habían acordado resguardar al flamante ecosistema de talco de toda contaminación. Ninguna simetría con lo que ocurre en casa. Lo extraterrestre lejano y difuso cotiza más que lo aborigen cierto. (Si hasta los poetas le han cantado mas a la Luna que a la Tierra).
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