POLITICA
Tras las denuncias

El peronismo tranquiliza a Lorenzetti frente al juicio político de Elisa Carrió

En el Senado desestiman que existan votos para remover al presidente de la Corte Suprema. Y en el Gobierno aseguran que la “prioridad” es ir contra Gils Carbó.

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Cruzada. Lilita deberá defender su acusación contra Lorenzetti sin la compañía del macrismo, que juega al equibrio entre ambos. | cedoc

Ricardo Lorenzetti atesora para su tranquilidad el recuerdo de la reunión donde Miguel Angel Pichetto le desestimó la posibilidad de una mayoría a favor del juicio político en su contra en el Senado. El juez ya sabía que Elisa Carrió fraguaba la acusación por sus negocios y propiedades, y fue en busca de señales sobre su futuro a la espesura del sistema político. La trama de peronismo y macrismo que atraviesa a Pichetto como un interlocutor sigiloso se convirtió en el bastión para sostener el statu quo en la Justicia. El senador le entregó a Lorenzetti paz para su espíritu atribulado.

Macri había dejado a Carrió avanzar con el juicio político. Sólo le pidió tiempo. Pero la urgencia presidencial en materia de juicio político es separar a Alejandra Gils Carbó, contra quien cultiva una furia ascendente por las investigaciones que sus fiscales acumulan contra los funcionarios macristas.

Con Lorenzetti, el Presidente dialoga asiduamente, aunque perdió peso en su corazón luego de que el año pasado le asegurara que el fallo sobre el aumento de tarifas iba ser favorable al aumento y, al final, la Corte Suprema terminó por anularlo. Aquella decisión fue también la forma en que los colegas Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz le explicaron a Lorenzetti que el sistema de poder interno en el tribunal se había modificado.

Macri practica ahora el juego de asegurarle al presidente de la Corte Suprema que el juicio político es un asunto individual de Elisa Carrió, mientras cosecha los beneficios de mantener al juez condicionado por la vulnerabilidad de la amenaza latente. Desde hace meses, Lorenzetti desconfía de las palabras de tranquilidad macrista y evalúa riesgos y conveniencias de una escalada. La Corte Suprema guarda decisiones que pueden impactar en el futuro del Gobierno. El problema para Lorenzetti es que ahora el poder se encuentra mejor repartido y sus colegas también abrieron vías de diálogo con el Gobierno. Sobre todo Rosenkrantz, en los últimos tiempos.

Nuestra prioridad es Gils Carbó”, es el eslogan de la Casa Rosada en materia de juicio político. Pero Pichetto avisó que desde el Gobierno todavía nadie le pidió nada. El Senado es donde se juega la parada final. Y el Gobierno está obligado a negociar con el peronismo si quiere tener éxito. Por ahora, el macrismo junta porotos en la Cámara de Diputados. Cuando los consiga, un ministro se cruzará al Senado para sentarse a definir con Pichetto el futuro de la procuradora.

Mientras tanto, Carrió deberá iniciar la cruzada contra Lorenzetti sin aliados. “Esta la comemos solos”, reconocen en la Coalición Cívica. Los tiempos se aceleraron cuando el presidente de la Corte le envió a la diputada una carta documento con la advertencia de que se había “excedido” más allá de las prorrogativas que le otorgan los fueros. Carrió ya había enfrentado una causa promovida por el kirchnerista Ricardo Echegaray que pretendió fijar márgenes a los fueros de los diputados al momento de hacer acusaciones públicas. Hasta ahora tuvo dos fallos favorables. Pero los límites podrían ser definidos por la Corte Suprema. Por eso, la diputada entendió que en la carta de Lorenzetti había una amenaza y escribió en Twitter: “Lorenzetti está haciendo lo que hizo Maduro en Venezuela, les quita facultades a los legisladores”. La frase está en pasado. Pero en realidad era el pronóstico de sus temores.

Lorenzetti responderá después de Pascuas con una presentación contra Carrió en la Justicia.