POLITICA
LA FALTA DE MANO DE OBRA ESPECIALIZADA

El terrible fantasma del "ingenieri".

La industria nacional deberá procurarse su propia energía a través de generadores propios. Para crecer, además, suma otro problema: ya no hay ingenieros en el mercado laboral.

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Cuando apacigüe el discurso esquizofrénico acerca de la crisis energética, saldrá a la luz una nueva traba, no ya para el Gobierno sino para toda la sociedad. El crecimiento de la actividad económica generó una demanda adicional de energía por parte de las empresas, mientras que las generadoras y distribuidoras, a falta de un horizonte cierto y rentable para sus negocios, paralizaron inversiones necesarias para ampliar la capacidad del sistema.

En materia petrolera, los altos precios internacionales estimularon algunas nuevas inversiones en producción. Poco más se viene invirtiendo en materia de generación eléctrica. Pero la semana pasada, el Gobierno envió una señal a la industria de que deberá procurarse su propia energía, a través de generadores propios, para abastecer el crecimiento por encima de los niveles de 2005.

Suponiendo que el esquema fuese útil, de que el Gobierno lograra convencer a las generadoras y distribuidoras eléctricas de mayores inversiones, si las señales para la actividad extractiva fueran consistentes y el impulso empresario dijera ¡adelante! ¿quién se haría cargo de las obras?

La empresa de ingeniería CH2Mhill, una norteamericana con presencia en el país donde heredó a Altécnica y Lockwood Green, encuentra un elemento crítico: la falta de ingenieros. Esta empresa diseñó la planta de papas fritas Mc Cain, erigió puertos para Cargill y Molinos, embotelladoras para Pepsi, grandes tiendas para Wal-Mart e instalaciones para Total Austral o Dow Chemical. La filial argentina tiene reputación internacional y demanda. Pero se han vuelto selectivos: no encuentran en la Argentina más ingenieros.

Un estudio del INDEC reveló que el 13,8% de las empresas no pudieron cubrir su demanda laboral en el segundo trimestre de 2006. Los sectores con mayor demanda insatisfecha fueron en ese lapso los servicios de hotelería y restaurantes, la industria del cuero, la fabricación de vehículos y equipos de transporte, la producción de carnes, legumbres, frutas, aceites y lácteos.

Son los segmentos que más crecieron en la salida de la crisis. Pero la demanda de infraestructura podría encontrarse no ya con los problemas graves de gestión que acompañan a este Gobierno sino con la falta de la mano de obra capacitada para llevarla adelante.