Los administradores del Grupo Indalo comunicaron ayer que es cuestión de días para que la situación económica y financiera de las empresas no tenga retorno. El fondo inversor OP, cuya compra de acciones a Cristóbal López nunca fue autorizada por la Justicia, advirtió al Gobierno y al juez Julián Ercolini que “de no haber cambios en el escenario actual, en pocos días entraremos en una situación de no retorno”.
Para el titular de OP, Ignacio Rosner, el fallo judicial que puso en duda el contrato de compraventa de acciones entre él y Cristóbal López genera una incertidumbre en el mercado que pone en riesgo el funcionamiento de las empresas y las fuentes de trabajo. En otras palabras: si ni la AFIP ni la Justicia dan luz verde al cambio de mando en Indalo no vendrán inversiones, el grupo entrará en quiebra, y la gente se quedará en la calle.
La principal apuesta de Rosner es lograr que la Justicia destrabe el concurso preventivo de Oil Combustibles, la firma que generó la deuda multimillonaria con el fisco a raíz de la retención indebida de impuestos. La petrolera de Indalo es la que más potencial tiene si es que puede normalizar su situación. Luego le sigue la constructora. Los medios son la pata más visible pero no la más importante del grupo en términos económicos.
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Los directivos de OP afirmaron en el comunicado que el Gobierno, a través de la AFIP, está presionando a las empresas por acciones que cometieron Cristóbal López y Fabián de Sousa, pero no sus trabajadores ni los actuales administradores. “Están ejecutando deuda posconcursal que se generó antes del 20 de octubre, cuando cambió el directorio”, indicaron.
El fondo inversor pidió que la AFIP acepte el plan propuesto el 15 de diciembre, que implica el pago del 35% de la deuda en un solo pago y el resto en cuotas de acuerdo con las leyes vigentes. Rosner reclamó además a los organismos del gobierno nacional que cancelen las deudas de más de mil millones de pesos que tienen con la constructora y con los medios en concepto de publicidad. La incertidumbre de los trabajadores es la peor parte de este litigio, porque quedaron envueltos en los manejos de sus accionistas. Los administradores advirtieron que “continuaremos buscando los caminos que conduzcan al sostenimiento de las empresas del Grupo y las fuentes de trabajo”. El comunicado, además de un pedido para reacomodar a las empresas, es una suerte de ultimátum. Pocos días hay entre la posibilidad de salir a flote o caer en picada.
