POLITICA
la justicia frente al kirchnerismo

En la Corte se anticipan a los tiempos que vienen

En el máximo tribunal aspiran a un diálogo fluido con interlocutores oficiales en un eventual gobierno de Alberto. Creen que seguirá Rosenkrantz a cargo hasta 2021 y hay prudencia por los planteos de CFK que deben resolver.

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Ministros. Miran con expectativa una renovación de jueces más cuestionados de Comodoro Py. | CIJ

Los ecos de un casi seguro cambio de gestión en diciembre próximo también suenan en el Palacio de Tribunales. Al interior del cuarto piso, donde se ubican los despachos de los cinco ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, hay varias lecturas de lo que creen que se avecina con un casi seguro gobierno de Alberto Fernández. Estas se refieren tanto a lo que sucederá hacia el interior del Palacio como en su vínculo con la Rosada, y en relación con los tribunales de Comodoro Py.

Todo se da mientras en las distintas vocalías tramitan los recursos que involucran, nada más y nada menos, que la suerte de la ex presidenta y actual candidata a vice, Cristina Kirchner, en el juicio por obra pública. Mientras, también deben definir el cronograma de fallos más mediáticos de cara al segundo semestre. Si bien aún no está cerrado, ese cronograma, en principio, no tendría medidas de impacto fiscal como sucedió en el último tiempo.

Puertas adentro de la Corte no parece que fuera a haber cambios de mando. Hasta 2021 la presidencia seguiría en manos de Carlos Rosenkrantz, quien destronó a Ricardo Lorenzetti en septiembre de 2018, tras lo cual comenzó a instalarse un funcionamiento más dinámico y colegiado. Por otro lado, también confían en que, a diferencia de lo que sucedió con el macrismo, habrá un interlocutor con la Casa Rosada.

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Renovación. Desde el edificio de Talcahuano al 500 también hay quienes miran con expectativa la “renovación” que esperan que se dé en Comodoro Py. Entre los jueces que tienen lista su jubilación y quienes cumplirán 75 años en el próximo tiempo (la edad que la Corte ratificó con el fallo Schifrin como máximo para retirarse) y deberán dejar sus despachos, creen que vendrá una bocanada de aire fresco. Y que esto permitirá una nueva perspectiva. En la Corte hay quienes sostienen que en el país hay más de “mil jueces”, pero que la Justicia enfrenta la peor imagen ante la opinión pública, “por un puñado de magistrados” del edificio de Retiro. Entonces, aventuran, esa próxima depuración mejoraría cómo es vista ante la opinión pública.

También aspiran a tener diálogo fluido con el Ejecutivo. Creen que el equipo de Fernández tendrá funcionarios que ya estuvieron en la función pública. “Es gente que conoce el Estado y los asuntos públicos”, ejemplifican en detrimento de los emisarios que transitaron los pasillos del Palacio con presuntos mensajes del oficialismo. “Nunca se blanqueó quién era el interlocutor oficial. Hubo varios que traían mensajes pero nadie sabía bien para quién jugaban”, afirman. Ese escenario de falta de interlocutores tuvo sus picos máximos de cruces con misivas entre la Corte –cuando aún estaba Lorenzetti al frente– y la Jefatura de Gabinete por un tema presupuestario. Una diferencia que se tradujo en un cruce evitable de haber tenido más diálogo fluido, señalan.

En pos de la mejora de la administración de justicia, aseguran que la Corte también autorizó muchos nuevos contratos para juzgados y que se priorizó que esos ingresos fueran por méritos de sus aspirantes y no por sus vínculos familiares.

Mientras deciden el calendario de lo que vendrá, que se enfocaría en lo civil y administrativo, al tiempo que podría incluir un caso testigo sobre una cuestión remunerativa vinculada a las fuerzas de Seguridad, la Corte debe resolver los planteos de Cristina sobre el caso de obra pública. En Talcahuano nadie quiere arriesgar fecha y, menos, la postura que se adaptará.

Fue así desde que el caso de la ex presidenta llegó allí, pero ahora se transformó en una cuestión de Estado.

El futuro de CFK en el tribunal

Los recursos presentados por la defensa de Cristina en el marco de la causa de Obra Pública y que casi ocasionan la demora en el inicio del juicio, en mayo pasado, deben ser resueltos por el máximo tribunal. No tienen plazo, pero la resolución que tome la Corte es clave para el futuro del caso. Entre el material a tratar hay varios pedidos de nulidades. Por eso, algunos sostenían que el inicio del debate debía demorarse hasta que la Corte se expidiera sobre el tema. Las fuentes consultadas por PERFIL al interior del máximo tribunal ratificaron la unanimidad a la hora de decidir que no se filtrarán detalles de la fecha en que se resolverá el caso. Varios sectores manifestaron su preocupación por la posible decisión judicial, que incluso podría acarrear consecuencias en otros de los expedientes de la ex mandataria.