POLITICA
Relaciones exteriores

En Londres, Cristina Kirchner evitará hablar sobre las Malvinas por temor a salir del G-20

Varios países ponen en duda la utilidad de tener a Argentina en un grupo de tanta importancia.

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| Cedoc

El 2 de abril Cristina Kirchner visitará Londres, pero a pesar de que ese día se estará cumpliendo un nuevo aniversario de la Guerra de Malvinas, Cristina estará más preocupada por mantener la presencia argentina en el G-20 que por discutir la soberanía de las islas. Será la primera vez que un presidente argentino visite Gran Bretaña el mismo día en el que se recuerda el inicio de las hostilidades, pero está dicho: la señora Kirchner tendrá otras prioridades en suelo británico.

En Londres, Cristina deberá contrarrestar las voces de los países más poderosos que intentan sacar a la Argentina de ese selecto grupo de actores internacionales que busca dar respuestas a la feroz crisis internacional. Es que en los ámbitos diplomáticos se viene repitiendo una misma pregunta: ¿qué hace Argentina en el G-20 si su gobierno parece aislarse del mundo? Sólo el respaldo de Lula da Silva puede seguir explicando, al menos por ahora, la permanencia argentina en esa sociedad.

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“La Argentina es un país mediano, que se ha vuelto irrelevante para la economía global debido a sus propios errores de gestión”, advirtió The Economist antes de la primera reunión del G-20 en Estados Unidos. El prestigioso semanario británico se preguntaba entonces cuál era el rol del gobierno argentino en esa cumbre internacional. Otras voces comparten el interrogante: el presidente del Banco Mundial, el norteamericano Robert Zoellick, piensa que es necesario articular un grupo más acotado al que los Kirchner no estarían invitados; y el jefe del FMI, el francés Dominique Strauss-Khan, coincide en que es necesaria una reforma que excluya a los socios más chicos.

Pero para el gobierno británico, anfitrión del próximo encuentro del G-20, “la Argentina ha participado en los grupos de trabajo y sus contribuciones han sido valiosas”. Por lo menos, eso es lo que ayer informó Shan Morgan, la embajadora británica en un encuentro con la prensa en Buenos Aires. “Dos ministros británicos, de la Cancillería y el Tesoro, nos visitaron en febrero y en ambas ocasiones la calidad de diálogo con las autoridades argentinas ha sido formidable. Argentinos y británicos tenemos un amplio acuerdo en una gran cantidad de temas”, completó, diplomáticamente, la jefa de la diplomacia británica.

Los países que se participarán en Londres del encuentro bautizado “Trabajo, estabilidad y crecimiento” representan el 90% del PBI internacional, el 80% del comercio mundial y dos terceras partes de la población del planeta. Es por eso que el mundo entero está pendiente del escenario que podrán definir para empezar a ponerle un piso a esta formidable debacle. “La crisis global es seria. El FMI ya revisó cuatro veces hacia abajo sus pronósticos. Es casi un hecho que la proyección sobre el crecimiento mundial será negativa para este año con números rojos en las principales potencias y en varios países emergentes”, advirtió Morgan.

Desde el 15 de noviembre pasado, cuando se celebró la primera reunión del G-20 en Washington, la crisis internacional se multiplicó y los organismos internacionales siguen anunciando pronósticos cada vez más sombríos. En aquel encuentro, Cristina y George Bush fueron los jefes de Estado que peor imagen tenían dentro de sus propios países. Bush ya no está. Ahora todos se preguntan por qué sigue estando Cristina.

*Editor de Internacionales del diario Perfil.