POLITICA
NUEVO ABOGADO

Ex fiscal Fein: “Estoy indignada pero firme en mis convicciones”

Investigó durante once meses la muerte de Nisman. Se jubiló y ahora debe afrontar una denuncia por supuesto encubrimiento. Vida en familia.

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Caminata. Fein, por el barrio de Belgrano. En una charla telefónica con PERFIL dijo que está “tranquila con su conciencia” y criticó la denuncia en su contra. | Marcelo Silvestro

En abril, Viviana Fein tomó la decisión que venía postergando desde hacía un año: jubilarse. Dejó su fiscalía y, ya alejada del epicentro de la causa que le había cambiado la vida para siempre, colgó los guantes. Con los meses confirmó que podía dejar el trabajo y el frenesí, pero nunca podría alejarse de la muerte de Alberto Nisman.

Durante once meses, entre enero y diciembre de 2015, Fein estuvo a cargo de la investigación de la muerte del fiscal de la causa AMIA y se sumergió en un laberinto del que todavía no logra salir. Nadie logró salir. Tras cuarenta años de bajo perfil, decidió convertirse en la fiscal de uno de los casos más emblemáticos de la Argentina. Recolectó detractores y defensores. Sufrió ataques externos y se refugió en el cariño de los más cercanos. En abril, creyó que todo llegaba a su fin, pero diciembre la sorprendió con un golpe inesperado: el fiscal federal Eduardo Taiano, quien heredó la investigación de la muerte de Nisman, la denunció por supuestas irregularidades en el cuidado de la escena del hecho. Habló de presunto encubrimiento y de “intencionalidad” en el accionar de la funcionaria retirada.

En una charla telefónica con PERFIL, la ex fiscal dijo que está atravesando un buen momento personal, junto a su familia y seres queridos, pero recordó que dejar su fiscalía fue una de las cosas más difíciles de su vida. “Sigo firme en mis convicciones”, le dijo a este medio. Fein sabe que este año estará por primera vez del otro lado: el de los acusados. 

¿Encubrimiento de qué? Si aún no sabemos cuál es el delito a encubrir”, la escuchó decir un allegado tras la noticia. Fein se refería a que en la investigación no se determinaron indicios firmes de la verdadera causa de la muerte de Nisman: si se trató de un homicidio, un suicidio o un suicidio inducido.

Fein no escatima en suspicacias y presiente sombras actuando detrás de lo que se viene. “Es una injusticia llamativa que me hayan denunciado por supuesto encubrimiento. Estoy indignada pero tranquila con mi conciencia. Mi actuación pasó por la Cámara de Crimen, por la doctora (Fabiana) Palmaghini y por el fiscal (Ricardo) Sáenz –su superior inmediato–, y nunca nadie advirtió algo así. Me avalaron durante dos años y ahora surge esta denuncia. Ellos controlaron la legalidad de mis actos. Me imputan ligeramente un delito de semejante calibre y afectan mi honra. Más allá de los resultados de mi trabajo, no pueden hablar de ‘intencionalidad’ en afectar la escena del hecho. Ahí está mi indignación”, aseguró a este medio.

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“Me pregunto todo el tiempo por qué no se precisa qué pruebas o indicios se perdieron por la supuesta contaminación de la escena –una de las acusaciones de Taiano– en el departamento de Nisman. Nadie lo precisa”, agregó. “Luego del aniversario de la muerte, voy a dar las explicaciones en sede judicial y públicamente. Hasta después del 18, no considero prudente, por respeto, provocar una controversia”, dijo cuando este medio le preguntó sus argumentos contra las acusaciones en su contra.

Esos argumentos los repasa diariamente en su cabeza. Todavía recuerda el expediente de memoria: testimonios, pericias, medidas, la junta médica, los detalles de cómo encontró el baño ensangrentado de Nisman, el arma a su lado; las ropas, los allanamientos en busca de quiénes habrían intentado hackear al fiscal antes de su muerte, las pistas sobre los espías, las declaraciones de Jaime Stiuso. También los ataques públicos y los enfrentamientos con la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, que le valieron a la causa tres meses de dilaciones.

Fue uno de los años más difíciles para Fein. Dejó su fiscalía, perdió seres queridos y terminó 2016 con una denuncia por supuesto encubrimiento de la muerte de Nisman.
En diciembre, tras conocer la denuncia del fiscal Taiano en su contra, Fein nombró como defensor a Lucio Simonetti, un joven abogado, respetado en los tribunales federales. Siempre creyó que, de llegar el momento, su defensor sería Pablo Jacoby, pero el letrado falleció sorpresivamente en agosto. Había sido abogado de Memoria Activa, el colectivo de familiares y amigos de víctimas de la AMIA.