POLITICA
protesta en copacabana

Feministas desnudas incomodaron a los peregrinos católicos

<p>Centenares de mujeres marcharon contra la oposición de la Iglesia al aborto. Guerra de canciones provocativas versus oraciones.</p>

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Centenares de militantes feministas participaron ayer por la tarde en la tradicional Marcha da Vadias –Marcha de las Putas– en los alrededores de la playa de Copacabana, donde al mismo tiempo miles de jóvenes católicos se congregaban para la vigilia previa a la misa del papa Francisco.

El leitmotiv de la tradicional marcha es el combate contra la violencia de género y los casos de abuso y violación que van en franco ascenso en Brasil. El lema de este año fue “Quebrar el silencio” y el evento se propuso incentivar a las mujeres que son víctimas de violencia doméstica a no callar y a denunciar a sus agresores.

En la marcha participaron hombres vestidos de mujer y jóvenes desnudas. Hubo momentos de tensión con los peregrinos cuando algunos manifestantes rompieron contra el suelo imágenes de santos y crucifijos. “Me voy al infierno, pero estoy contento porque amé a la persona que quise”, les cantaban a los feligreses mientras destrozaban estatuillas de Nuestra Señora Aparecida y de la Virgen de Fátima. Sorprendidos y enfadados, los peregrinos respondieron con oraciones en voz alta.

La educadora Rogéria Peixinho, una de las organizadoras de la protesta feminista, aclaró que el desfile por Copacabana es algo que se hace todos los años y explicó que las mujeres irían hacia Ipanema, en dirección contraria al punto donde se concentraron los seguidores del Pontífice. “Nosotros vamos a contramano de la Iglesia”, ironizó Peixinho, luego de gritar a través de un megáfono consignas como “Mi ropa no es una invitación a que me violen”.

Este año, la marcha también se centró en una defensa del Estado laico y en un fuerte rechazo a un proyecto de ley que propone prohibir la investigación científica con células madre para mejorar las técnicas de inseminación artificial. La fecha del evento se eligió precisamente para contrarrestar el fervor brasileño por la llegada del Papa, máxima figura de una institución que representa una de los mayores obstáculos para las reivindicaciones de los militantes, como la legalización del aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Los carteles de las jóvenes que bailaban con sus cuerpos semidesnudos interpelaban directamente a los peregrinos con consignas mordaces como “Chupadnos los unos a los otros” o “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios”.

En 2012, más de dos mil personas habían participado en la Marcha da Vadias, según estimaron sus organizadores.

Jorge Bergoglio llegó a Brasil con la intención de apuntalar sus definiciones en materia doctrinaria. El Papa predica contra prácticas como el aborto, la eutanasia, el uso de profilácticos, el divorcio o el casamiento entre personas del mismo sexo.