“Me saqué un gran peso de encima”. Gabriela Michetti chateaba desde su Blackberry a sus amigos y asesores. Estaba feliz. Ayer logró su ansiado objetivo: Mauricio Macri le dio el “ok” para que juegue en las primarias porteñas como precandidata a jefa de Gobierno.
“Un sano, productivo y amplio intercambio de ideas nos llevó a tomar la decisión de participar en las PASO de la Ciudad”, expresó ayer al anunciar la decisión. “Llegar a los vecinos con diferentes propuestas nos fortalecerá como opción. El debate siempre vigoriza, oxigena y enriquece”, señaló.
La decisión reedita la vieja pelea con Horacio Rodríguez Larreta, que en 2011 dividió fuertemente al gabinete y llegó a generar problemas en la gestión. A su vez, Macri deberá volver a buscar un compañero de fórmula. Estos son dos temas que ya ocupan –y preocupan– a los estrategas del PRO.
Ayer la senadora les pidió a sus íntimos tomarse unos días y apagar los teléfonos celulares, ya que el lunes comenzarían las reuniones para organizar la campaña con vistas a las primarias del 26 de abril. Junto a su novio, el empresario Juan Tonelli, se fue a Mar del Plata para pasar el fin de semana alejada del ruido interno que despertó en el PRO la determinación.
“Fue una decisión estrictamente personal y Macri respetó los votos propios que tiene Gabriela, y no todos los líderes ven eso”, festejaba un asesor michettista.
La resolución del tema terminó de madurar el jueves por la noche, cuando se reunieron en el lujoso hotel Four Seasons los principales colaboradores del líder del PRO con la senadora, con el objetivo de definir su futuro político. Macri insistió allí con su idea de que lo acompañe como candidata a vicepresidenta, apoyado en los números de las encuestas que el secretario general, Marcos Peña, ostentaba, y en las cuales Michetti aparecía como la única dirigente “amarilla” que aportaba un plus.
La senadora respondió que no era la mejor estrategia ir con fórmula propia, sino reservar el cargo de vice para un aliado, un radical, por ejemplo. Esta tesis fue apoyada por el jefe del bloque de diputados, Federico Pinedo, y por el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, quienes sostienen que la fórmula debía ser mixta.
Tras un par de horas de charla, no hubo forma de convencerla. Incluso dejó trascender que analizaba dejar la política si le impedían la candidatura. “Bueno, entonces tenés el aval del PRO para ser candidata”, le habría expresado, según comentaron cerca de la senadora. “Tenemos un gran desafío por delante”, soltó rápidamente Rodríguez Larreta.
También participó el empresario, e íntimo amigo del jefe comunal, Nicolás Caputo. El influyente empresario venía sosteniendo que Michetti debía ser vice, por ello en los últimos meses la senadora le envió toda clase de mensajes para “ablandarlo” y le envió emisarios.
Para Michetti, el principal competidor dentro del PRO será, otra vez, Rodríguez Larreta. El jefe de Gabinete les adelantó a los suyos que le dará pelea. Cree que cuenta con el apoyo de Macri. “Sigue siendo el candidato del consenso”, coincidieron varias fuentes que trabajan en Bolívar 1, algunos disgustados por el aval a la senadora.
A partir de ahora habrá también otra guerra: el compañero de fórmula de la senadora. Si pudiera, Michetti intentaría llevar a su amigo Martín Lousteau (ver aparte), pero sabe que es inviable. Aunque pensó en algún dirigente de la sociedad civil (soñó con Juan Carr), hay tres que suenan.
Uno es Rogelio Frigerio, nieto del ministro de Arturo Frondizi y titular del Banco Ciudad. Frigerio le aportaría una cara progresista por su nexo histórico con el desarrollismo y su conocimiento en economía. Michetti le deslizó, el año pasado, que le gustaría que lo acompañe. Otro es Cristian Ritondo, vicepresidente de la Legislatura porteña, y quien hoy está trabajando como precandidato a jefe de Gobierno. Ritondo se acercó mucho a Michetti en los últimos dos años. Le puede dar fuerza en el sur de la Ciudad y colaborar para captar el voto peronista no kirchnerista. En 2013 puso a sus militantes a trabajar para ella y le rindió buenos frutos.
También asoma Pinedo, amigo personal de la senadora. Fue uno de sus principales aliados en la interna y quien más la defendió ante Macri.
Podrían sumarse, eventualmente, Hernán Lombardi (ministro de Cultura) o el senador Diego Santilli, aunque este último prometió jugar en la interna.
