La investigación de los "falsos espías" comenzó en septiembre de 2011 cuando Darío Fernández Barrionuevo se presentó en el Ministerio de Seguridad para reclamar “salarios atrasados” por haber trabajado como “Agente de Inteligencia” en marchas gremiales, en las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires y por haber conseguido información de políticos, según sus dichos.
Su declaración fue registrada por el servicio jurídico del Ministerio de Seguridad y el caso fue denunciado inmediatamente a la Justicia. En aquella oportunidad, Barrionuevo presentó documentación falsa de una contratación supuesta con el Estado.
"Cuando recibimos el reclamo salarial del supuesto empleado, le tomamos la denuncia y la derivamos inmediatamente a la justicia. Desde entonces actuamos discretamente para asistir al juez y resolver esta estafa. Ahora es necesario dar con los ideólogos y las personas que dirigían la banda", señaló la ministra de seguridad Nilda Garré.
Interviene en la causa, dispuesta bajo secreto de sumariom, el juez Norberto Oyarbide y el fiscal Jorge Di Lello que al término de una investigación en conjunto con el Ministerio ordenaron ocho allanamientos. Cinco de ellos en la Ciudad de Buenos Aires y los restantes tres en la provincia.
En los procedimientos se secuestró un automóvil particular, marca Ford Fiesta, 3300 pesos, una camioneta marca Nissan Pathfinder, una pistola marca Beretta, un revolver calibre 22 y uno calibre 38, siete credenciales de periodista falsas, tres recibos de sueldo con membrete "Ministerio de Seguridad de la Nación" y una funda de chaleco antibala con identificación Policía.
Los detenidos son Dora y Juan José Mansilla, Gustavo Godoy, Fabián Teplitzky y Carlos Sivori, el cabecilla de la banda, mientras que Barrionuevo identificó también a otras siete personas que están siendo buscadas por la justicia.
