POLITICA
EXCARCELACION DE LOPEZ

Gobierno apunta al nexo entre un abogado, sus hijos y Farah

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Mazzaglia es un apellido que para el común de la gente es absolutamente desconocido, pero que en los pasillos de los tribunales lleva décadas de influencia. Esta semana volvió a sonar después de conocido el fallo que liberó a Cristóbal López y su socio Fabián De Sousa. Y desde Cambiemos no dudaron: ven en ese apellido uno de los arietes que explican el porqué de una resolución que generó un revuelo en el mundo judicial de consecuencias todavía incalculables.


La primera piedra, fiel a su estilo, la tiró Elisa Carrió, quien el miércoles instó al Consejo de la Magistratura a que investigue si hubo “intereses económicos involucrados” en la decisión que tomaron los camaristas Eduardo Farah y Jorge Ballestero. Al día siguiente, el ministro de Justicia, Germán Garavano, salió a decir que había que “darle entidad” al pedido de Lilita. Sorprendió, porque la líder de la Coalición Cívica y el ministro tienen una muy mala relación. Y no se quedó ahí, en una entrevista en el canal A24 hizo hincapié en un punto al que aludió Carrió: el nexo de un ex directivo del Casino de Puerto Madero con Cristóbal y el vínculo laboral que sus familiares tienen con, llamativamente, el juez Farah.


Según pudo confirmar PERFIL, se trata de Jorge Mazzaglia. Pero no fue su paso por el casino lo que en realidad despertó mayores suspicacias, sino su vínculo con otro hombre de reconocida influencia en Comodoro Py: es el abogado y también íntimo amigo de Javier Fernández, auditor general de la Nación. Dos hijos de Mazzaglia, además, están nombrados bajo las órdenes de Farah, el juez que fue designado especialmente (por su par Ballestero) para desempatar en este caso.

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Matías Mazzaglia trabaja hace unos cinco años con Farah. En 2016, una resolución de la Corte Suprema prorrogó su contratación, con un sueldo que debía ser equivalente al de un “secretario de Cámara”. Su hermano estuvo en una fiscalía de Cámara, después pasó por la UIF y ahora también recayó en esa Cámara de Apelaciones.


Consultado por PERFIL, Mazzaglia padre niega toda vinculación con el caso y aclara que fue directivo del casino hasta 2003, cuando lo conducía un grupo español y Cristóbal todavía ni aparecía en el radar. “Están buscando una relación extraña y meten a mis hijos, que son empleados”, expresó, a la vez que aclaró que solo lo vio una vez a Cristóbal, en un cocktail hace cuatro años.
El “Puma”, como lo conocen en Py por su pasado de rugbier (aunque nunca jugó en el seleccionado), se hizo conocido en los pasillos judiciales en los 90, cuando estaba vinculado a Alfredo Yabrán. El solo reconoce haber sido abogado de dos empresas del grupo, pero las crónicas de la época abundan en detalles sobre ese vínculo.


En la actualidad figura como empleado de la AGN, donde está bajo la órbita de Javier Fernández, que lo considera “un hermano del alma”. Mazzaglia reconoce que los conoce a los jueces Farah y Ballestero: “Obvio que sí, hace 40 años que soy abogado, pero eso no es ningún indicio”. “Siempre es bueno saber dónde uno está parado, conocer la jurisprudencia y el accionar de cada juez, es parte del oficio”, describió. Y terminó haciendo un paralelismo con un cirujano, que para hacer bien su trabajo “tiene que saber operar”.