Días de incertidumbre se viven en la Secretaría de Inteligencia después de que desembarcara Oscar Parrilli en ese organismo, hombre de extrema confianza de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Reformar la inteligencia es una deuda de la democracia”, sentenció el lunes la mandataria, por cadena nacional.
A Parrilli le cuesta sobremanera ordenar las cuentas del organismo. Tal es así que el flamante jefe de inteligencia amenazó con cortar el dinero que cobran todos los que trabajan en la calle para la secretaría de inteligencia, denominados agentes inorgánicos, informó el Diario Perfil.
“Si no paga, esto no funciona”, le respondieron a Parrilli. El funcionario replicó: “Bueno, pago, pero que me traigan el listado”. Lo que dejó sorprendido al exsecretario general de Presidencia fue la contestación de los espías: “No hay listado”.
Por otro lado, fuentes del Gobierno informaron al Diario Perfil que hay cierto malestar en la Rosada porque Parrilli todavía no “pasó la escoba” en todo el organismo, dejando operativos a agentes vinculados al ahora enemigo “Jaime” Stiuso.
El pedido se enmarca en la inminente disolución de la Secretaría de Inteligencia, lo que significaría un “borrón” a todas esas funciones de las que aún se beneficia el hombre al que el oficialismo responsabilizó por la muerte del fiscal Alberto Nisman.
En cadena nacional, la Presidenta anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley de reforma del sistema de inteligencia del Estado. Se trata de la creación de la Agencia Federal de Inteligencia en reemplazo de la actual Secretaría de Inteligencia.
La diferencia fundamental, según explicó la jefa de Estado, radica que los titulares del organismo serán propuestos por el Poder Ejecutivo y nombrados por aprobación del Poder Legislativo. Además, el sistema de escuchas estará a cargo de la procuración general de la Nación.
Las críticas. Casi de manera unánime, todo el arco opositor salió a cuestionar la iniciativa de la jefa de Estado. Al unísono, distintos espacios criticaron que se le delegara la potestad de controlar las escuchas telefónicas en el ámbito de la procuración general, a cargo de la oficialista Alejandra Gils Carbó, ya que carece de controles por parte de la oposición
Desde el PRO Mauricio Macri ofreció una conferencia de prensa en la que señaló: “No nos sentimos cómodos con la iniciativa porque no confiamos; no tienen autoridad en este tema. Los servicios de Inteligencia van a cambiar si cambian los políticos y la forma de hacer política".
"Este proyecto condiciona a las autoridades del próximo Gobierno", consideró el precandidato presidencial. Para Macri, el “volantazo” del oficialismo en materia de inteligencia es "un atropello al voto popular".
Por su parte, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, reclamó un tratamiento “acorde a todas las fuerzas políticas” para reformar el sistema de inteligencia. Sus críticas se centraron en que los titulares de la Agencia Federal de Inteligencia serán designados por mayoría simple. “Requerirán mayorías especiales”, afirmó.
Hermes Binner, precandidato presidencial del Frente Amplio UNEN, manifestó que el kirchnerismo quiere mostrar la reforma de los servicios de Inteligencia "como un acto de alta democracia, pero no lo es", justamente, porque el Frente Para la Victoria “cuenta con mayoría simple en ambas cámaras”.
