Guillermo Marijuán, el responsable de investigar a funcionarios y amigos K

Con el paso de los días, y a medida que la causa judicial que investiga la ruta del dinero K toma forma, el fiscal Guillermo Marijuán comienza a ser una figura repetida en los medios. En las últimas horas, y con la ampliación de la imputación al empresario santacruceño Lázaro Báez, su hijo, Martín Báez, el contador Daniel Pérez Gadin, y el exempleado de la financiera SGI, Fabián Rossi, Marijuán ganó la atención del caso que investiga las supuestas operaciones de lavado de dinero denunciadas por el periodista Jorge Lanata en Periodismo para Todos.

A ello se suma una veintena de medidas de prueba solicitadas por el funcionario, que derivaron en un largo allanamiento dictado por el juez Sebastián Casanello sobre las oficinas de SGI -propiedad de Federico Elaskar- en el edificio Madero Center.

Sin embargo, Marijuán ha dejado huellas en tantas otras denuncias, una de ellas contra su jefa, la procuradora Alejandra Gils Carbó, en torno a supuestas irregularidades en la designación de nuevos fiscales.

Gils Carbó no es la única cuestionada. En marzo, dio vía libre a la investigación contra el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, tras una denuncia por el supuesto "cepo" publicitario mediante el cual, por presuntas presiones suyas, cadenas de supermercados y electrodomésticos dejaron de publicar avisos en la prensa gráfica.

La bolsa. En 2007, el fiscal -uno de los más antiguos de Comodoro Py- activó la causa contra la entonces ministra de Economía Felisa Miceli, que le valió no sólo la renuncia al Palacio de Hacienda, sino también una condena de cuatro años de prisión por haber sido culpable de culpable de “encubrimiento agravado” y “sustracción y ocultamiento de documento público".

Otros casos. Marijuán impulsó investigaciones también contra el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime y el exsecretario de Agricultura Miguel Campos, durante su gestión bajo la presidencia de Néstor Kirchner. Asimismo, avanzó sobre los miembros del directorio de Siderar, empresa controlada por Techint, por supuestas irregularidades en la asambleas accionaria.

De acuerdo con la agenciA DyN, el nombre de Marijuán saltó a las páginas de los diarios en 2001, cuando el 18 de julio de aquel año llegó a su despacho un paquete que contenía un féretro en miniatura, un esqueleto, su foto y una amenaza para evitar que investigara jubilaciones truchas en La Rioja. Es que Marijuán era el titular de lA UFISES, la unidad fiscal especial que funcionaba en la ANSeS y se encargaba de analizar las irregularidades que encontraba en esa repartición y radicar denuncias penales. Fue en ese cargo donde nació su amistad con el hoy intendente de Tigre, Sergio Massa.

Esa no fue la única amenaza recibida. En 2006, su despacho fue violentado. Según relataron fuentes del Ministerio Público, la oficina apareció abierta, con papeles desordenados y su computadora prendida.

También desde la UFISES, en 2004, Marijuán analizó las denuncias de 40 beneficiaros de planes sociales que habían acusado al dirigente Raúl Castells de amenazarlos con sacarles los beneficios si no concurrían a las marchas y de vender en merenderos los alimentos que donaban empresas privadas. Por esa denuncia, Castells trató a Marijuán de "enano fascista" y de "delincuente financiado por el Gobierno", algo que lo llevó a denunciar al piquetero por calumnias e injurias.

Años más tarde, en 2008, radicó una denuncia para investigar al ruralista Alfredo De Angeli a raíz de los dichos citados en una entrevista al diario Crítica, donde el dirigente confió que los ruralistas alzados en protestas en Gualeguaychú, Entre Ríos, estaban armados con escopetas y carabinas en prevención de supuestos ataques de un grupo de camioneros comandado por Pablo Moyano.

En 2010, Marijuán pidió investigar al presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, por irregularidades en el arreglo de uno de los aviones más poderosos de la empresa. El pedido valió un exhorto del juez Julián Ercolini a Brasil y Francia para conseguir información sobre la reparación del Airbus A 340-300, matrícula LV-BIT, que la empresa estatal mandó a revisar a un taller llamado TAPME, en Río de Janeiro.