A
cuatro años de la desaparición de Julio
López, testigo en juicios de lesa humanidad ante la justicia bonaerense, el hombre que dice
haberlo visto con vida 12 días después de su desaparición habla nuevamente,
a pesar de haber sido silenciado, según su propio testimonio.
"Vi lo que nunca hubiese querido ver", dijo Jorge Scanio en una entrevista radial, al volver
a relatar los hechos que quedaron grabados en su memoria y que -asegura-
cambió su vida "rotundamente". Scanio era gestor y, mientras intentaba investigar
qué había pasado en una estancia que había alquilado un conocido suyo, en la localidad bonaerense
de San Miguel del Monte (a unos 100 kilómetros de La Plata, donde López fue visto por última vez),
asegura haber visto al testigo clave en el juicio contra Miguel Etchecolatz, ex director de
Investigaciones de la Policía Bonaerense. Un relato que luego pronunció ante investigadores de la
SIDE y después ante la Justicia, pero que
nunca fue escuchado.
"De la entrada (de la estancia) hacia la casa habrá tranquilamente 2.000 metros. En el camino
hay casas abandonadas y es un lugar bastante raro, diría yo. Y cuando estaba llegando al casco
principal, veo salir a dos personas con itakas, escopetas. Ellos no me ven. Una persona de edad
estaba en el medio y dos personas bien empilchados, totalmente diferentes a los que tenían itakas.
Me asusté. Me escondí detrás de un árbol y ahí vi lo que me arrepiento toda la vida de haber visto
porque me cambió toda la vida. En ese momento, no me di cuenta que era Julio López", cuenta Scania
en una entrevista con el programa
Ahora es Nuestra la Ciudad, de Radio Cooperativa.
Y agrega: "Me di cuenta por la forma en que lo tenían, estaban ahí custodiándolo pero sin
apuntarle. No hablaban con él pero me di cuenta que era él. Ahí me sentí mal. Espere que se fueran
para adentro y despacito comencé a irme. Serían las 5 de la tarde".
Ocho días se demoró Scanio en decidirse a hacer la denuncia, tiempo en el que regresó un par
de veces a la estancia y hasta tomó fotos del lugar "vigilado". "No sabía que hacer", asegura. Y
cuenta que cuando finalmente lo hizo, lo llevaron a Capital a hablar supuestamente con el
Procurador General de la Nación, porque una vez que llegó, la persona que lo atendió le dijo que
"recibió el mensaje de Aníbal Fernandez (para advertirle) que yo nunca había estado allí", dice
durante la entrevista. "Me llevaron con gente de la SIDE. Les conté todo y les mostré todo lo que
tenía. Esto fue un martes, el 10 de octubre. Pasaron los días y no se comunicaban conmigo", dice. Y
agrega: "Me sentí solo".
Luego, según su relato, se contactó con Edgardo Binstock "que tenía un cargo importante en
Derechos Humanos" (hombre de Movimiento Evita de Emilio Pérsico). "Conté todo en esa reunión y
dentro de las personas que escucharon había un comisario que habían enviado y me dice: 'Te tengo
que tomar la declaración', a lo que le respondí: 'Yo quiero que me la tomen'". Tras lo cual, cuenta
que lo llevaron con el fiscal Marcelo Martini, a cargo de la búsqueda de López.
"Esto fue el día 14 pero no me llamaron más hasta el día 23, pero nadie había allanado nada
ni hecho nada. Más adelante me comunican con la doctora Margarita Godoy –una de las
defensoras de la familia de Jorge Julio López- y ella me presenta ante el juez ( Arnaldo) Corazza
para declarar. Hablando con él, me agradeció porque, primero, pensaba en cambiar de carátula,
segundo estaba contento por la información. Pero igual no pasó nada.
Allanó acompañada por el hijo de López a los 274 días de que yo estuve declarando en la
oficina de él", dice, aún decepcionado.