Adalberto Assad, hombre señalado por el fiscal como un “contacto cercano a Mohsen Rabbani”, reconoció haber mantenido una conversación telefónica con el acusado del atentado terrorista a la AMIA desde el celular del propio Jorge Khalil. “Hablé con Rabbani para saludarlo. Sólo una vez hace un año y medio, aproximadamente”, expresó a PERFIL el presidente de la Asociación Árabe Argentina Islámica.
Tras ser apuntado por Nisman en su denuncia, Assad reiteró en los últimos días no haber tenido contacto alguno con el ex agregado cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires. “No hablo con Rabbani ni tengo manera de comunicarme con él, ni siquiera tengo su correo electrónico”, declaró en reiteradas oportunidades. En diálogo con PERFIL, el dirigente islámico aceptó que mantuvo un contacto telefónico con Rabbani y ante la consulta sobre cómo logró dar con el clérigo musulmán, explicó que lo hizo desde el celular de Khalil.
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En su denuncia, Nisman sostiene que Assad tendría un claro objetivo político: lograr una reunión con Cristina Kirchner. El fiscal aseveró que “Rabbani le comunicó a Assad la posibilidad de que Irán compre armas a la Argentina”. El escrito detalla, además, que ese mismo día el dirigente islámico "venía de reunirse con un alto funcionario del gobierno argentino quien iba a intermediar para conseguirle una reunión personal con la Sra. Presidenta (Cristina Fernández)". El funcionario en cuestión sería Julio Alak, Ministro de Justicia y Derechos Humanos.
La denuncia agrega que tras el encuentro, Assad “se comunicó con Khalil para ponerlo al tanto de “unas novedades lindas” y luego “reportó a Rabbani sobre su encuentro con el ministro que habría prometido hablar con CFK para arreglar una reunión con la supuesta finalidad de reactivar el comercio bilateral”. Assad niega haber solicitado una entrevista con la presidente, aunque reconoce contactos con Alak. “Tuve reuniones con el ministro de Justicia porque se gestionó la sesión de un espacio para la comunidad islámica. Hablamos con él y la Secretaría de Culto, pero jamás pedí un encuentro con Cristina”, lanzó Assad.
El 15 de enero, un día después de la denuncia de Nisman, la comunidad islámica se reunió. Entre los presentes estaba Khalil. “Tratamos el tema como la familia que somos”, explicó Assad. El presidente de la asociación desconoce el paradero de su primo aunque no descarta que esté en el interior del país. Sin embargo, once días después de la acusación, el Secretario de la Mezquita de Flores aún no se mostró públicamente.
Titular del Movimiento Peronista Tercera Posición, Assad es cercano al gobernador de la Provincia de Buenos Aires y admite que “su corazón está con Daniel Scioli”. Asegura hablar habitualmente con el candidato presidencial y destaca al empresario de la carne Alberto Samid como “un amigo y paisano de la comunidad”. No tiene abogados y cree “no necesitarlos”. En tanto, la colectividad Chiita aguarda con ansias que esta tormenta de acusaciones y versiones acabe.
