POLITICA
el equipo de marcos peña

Joaquín Mollá y Ezequiel Colombo, los cerebros publicitarios del PRO

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Cada vez que se consulta en Gobierno sobre los responsables de hacer los avisos publicitarios, la respuesta es la misma: “Nosotros”. Sin embargo, tienen también ayuda externa.
Los creativos del equipo de comunicación son dos: Ezequiel Colombo y Joaquín Mollá. Es un tándem que repiten de memoria distintos funcionarios del Gobierno. El primero es subsecretario de Comunicación Pública y tiene una relación de amistad con el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Es de esperar, así, que tengan una aceitada relación para entender hacia dónde deben fluir las estrategias de comunicación.

Mollá, en cambio, no es funcionario pero sí es un hombre de consulta. “Es asesor”, describe un funcionario con despacho en la Rosada. “No, no es asesor”, replican desde la Jefatura de Gabinete. Sí reconocen que mantienen un vínculo fluido con él y que muchas veces le piden opiniones o colaboraciones.  “A veces lo contratamos para algún trabajo específico, pero no hay una relación laboral permanente”, aclaran.

Mollá es un publicista que se sumó a trabajar con el PRO en 2009, cuando lo introdujo en ese mundo Andrés Gómez, uno de los miembros del equipo de comunicación. Hoy Gómez está más alejado (quedó trabajando para el gobierno porteño), y Mollá tiene un rol preponderante, que adquirió sobre todo durante la campaña presidencial de 2015. Mollá fundó junto a su hermano, hace casi dos décadas, la agencia publicitaria La Comunidad (conocida como La Comu), que llegó a tener su casa central en Miami, con más de 120 empleados. En 2014, se la vendieron al gigante digital Sapient Nitro.

A pesar de no tener un vínculo profesional definido, en el Gobierno se reconoce a Mollá como uno de los publicistas preferidos de Mauricio Macri.

De todas formas, todos coinciden en que quien tiene siempre la última palabra es Marcos Peña. Es el mejor traductor de las ideas que siempre les inculcó el consultor ecuatoriano Jaime Duran Barba, el otro caso misterioso ya que nadie sabe cuánto cobra ni quién le paga por los servicios que presta.

Debajo de Peña, quien mueve los hilos de la comunicación es Jorge Grecco. Para este año, la cartera de Comunicación Pública que conduce tiene un presupuesto de $ 4.130 millones. En lo que va del año ya ejecutó el 21% ($ 878 millones), pero en la Rosada reconocen que esa partida la van a tener que ampliar en el transcurso del año. ¿Por la campaña electoral? Responden que no, sino que se sumaron más actividades de comunicación a las planificadas, como la de la cumbre del G20 que la Argentina hospedará en 2018. El presupuesto para “prensa y difusión de los actos de gobierno” (como se llama el programa) es más del doble del de 2016. La explicación es que más de $ 2 mil millones son por canjes con empresas mediáticas que debían impuestos previsionales. Es una decisión que tomó el kirchnerismo en 2009 y 2010, para canjear esas deudas que las firmas tienen con la AFIP por avisos publicitarios, pero nunca se había reglamentado.