POLITICA
Lanzamiento AM870

Jorge Sigal: "Los medios públicos venían siendo muy propagandísticos"

El funcionario señaló que Radio Nacional "pasó un año de transición" y consideró como "realizable" la idea de que los medios del Estado "sean creibles". Video.

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Jorge Sigal | Cedoc
Jorge Sigal se desempeñaba como columnista político de Radio Continental y del diario Perfil, cuando Hernán Lombardi lo convocó para formar parte del equipo a cargo de los medios públicos. El ahora funcionario nacional lleva poco más de un año en su nuevo rol y asegura que el 2016 "fue una etapa de transición" para "hacer un proceso de adaptación de medios propagandísticos al servicio de un Gobierno" para pasar "al servicio del Estado argentino". En el lanzamiento de la nueva grilla de Radio Nacional, dialogó con Perfil sobre este y otros temas de la nueva gestión.

Perfil.com: ¿Qué análisis de hacer de lo que dejó 2016 y lo que viene para 2017?

Jorge Sigal: - Estamos muy felices de haber transcurrido un año de transición, que era un año complicado. Teníamos que asentarnos en la función y de alguna manera hacer un proceso de adaptación de medios que venían siendo medios muy propagandísticos y muy al servicio del Gobierno a medios del Estado argentino, medios públicos. Ese es un trabajo que no terminó. Los medios públicos siempre están en obra, porque están entre la presión de desarrollarse modernamente y por el otro lado asentar este concepto de medios de Estado y no de un Gobierno. Siempre es un trabajo que hay que mantener vigilante, porque la tentación de construir medios al servicio del poder es muy grande y nadie está excluido.

- Recién dijiste "una tarea que no terminó". ¿En qué sentido? ¿que falta?

- La tarea es permanente. Hasta que podamos decir medios públicos que tienen enorme credibilidad en la sociedad argentina, que los incorpora como propios, que no es una utopía irrealizable, sino que muchos la concretaron. En la mayoría de los países desarrollados cuando decís medio público, decís medio creíble. Decís, voy a esperar a que el noticiero de las 18 de la televisión francesa dé la información para saber si fue cierta o no. Y esto hay que construirlo. En Argentina es una misión que tenemos que realizar. Se construye con mucho tiempo. Nosotros dimos el primer paso. Es decir, nosotros no somos los dueños de esto, los dueños de esto es la sociedad argentina.

- ¿Cuál es el límite de ese trabajo cuando quien dirige todo es Hernán Lombardi, quien acompañó al presidente Macri desde que él era Jefe de gobierno porteño?

- Lombardi no dirige la radio, es el ministro encargado de los medios y contenidos públicos del Estado. Es quien nos orienta, nuestro responsable mayor desde el punto de vista político, pero la radio tiene su directora (Ana Gerschenson), quien define los contenidos, un subdirector, Pablo Ciarlero y los directores de cada una de las radios nacionales a lo largo y ancho del país. La radio es un sistema de medio en si mismo. Lo que nosotros le indicamos a la radio, como a la TV Pública, como a la agencia Télam es de cuales son los parámetros de los que se deben guiar. 

- Tuviste una amplia carrera en medios privados. ¿Dónde se recibe más el llamado de presión? ¿En los privados o en lo público?

- Voy a diferenciar. Hoy soy funcionario político del gobierno de Mauricio Macri, fui nombrado por decreto presidencial. En esa función, te tengo que decir algo que para mí es una cosa que digo con mucho orgullo. Yo no recibo presiones. Nosotros no recibimos presiones sobre como orientar a los medios públicos. Nunca tuve un llamado de un ministro, salvo el de Lombardi por ser su subordinado, para discutir los medios. Tenemos reuniones habituales con el presidente y Jefatura pero tenemos una gran capacidad de creación con este parámetro que decidió el Gobierno: Manejen los medios que no son de ustedes, no son nuestro, sino del Estado Argentino. Con respecto a lo privado me parece que se juegan otras reglas. Siempre digo que en gran medida la autonomía con la que uno ejerce el oficio, es cierto que hay presiones, en todos lados hay presiones. Pero también depende mucho de uno, hasta donde ejerce o no la libertad que es más amplia de la que suelen invocar aquellos que tienen facilidad para acomodarse.