POLITICA
La empresa del caso ciccone

La AFIP de Echegaray frenó una alarma contra The Old Fund

Fue en julio de 2012, cuando un informe del Banco Central alertó sobre una serie de operaciones cambiarias que no coincidían con la capacidad económica de la firma. Habría habido otras ayudas.

1118_echegaray_running_cedoc_g.jpg
Running. El ex titular del fisco está en la mira por el rescate a Ciccone. La empresa se vio favorecida sólo tras quedar en manos de The Old Fund. | cedoc

En julio de 2012, un informe del Banco Central alertó a la AFIP sobre una serie de operaciones cambiarias de contribuyentes cuyas transacciones no se condecían con su capacidad económica. Automáticamente, los inspectores del fisco abrieron las actuaciones. Uno de los contribuyentes señalados era The Old Fund. Sin embargo, el organismo entonces a cargo de Ricardo Echegaray frenó la inspección y la dejó en suspenso.

De haber avanzado, habría tenido que actuar contra la empresa que entonces estaba en boca de todos –el caso Ciccone había estallado en marzo de ese año–. Pero, además, habría obligado a la AFIP a dejar constancia de información que todavía, entonces, no había salido a la luz y que revelaba que la compañía a nombre de Alejandro Vandenbroele era una fachada para mover fondos de terceros y la firma tenía vínculos no sólo con Amado Boudou sino también con los banqueros Raúl Moneta y Jorge Brito, y el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán.

El ex vicepresidente está afrontando el juicio oral por el caso Ciccone, en el que se lo acusa de cohecho y negociaciones incompatibles. El juez federal Ariel Lijo lo procesó por quedarse con el 70% de las acciones de la imprenta a cambio de salvar a la compañía de la quiebra. Para ello, según habría confirmado Vandenbroele ante la Justicia en las últimas horas, Echegaray habría colaborado facilitando un plan de pagos de las deudas de la empresa con la AFIP. Ahora, sale a la luz que, bajo su gestión en el fisco, también frenó la inspección que hubiese destapado la olla mucho tiempo antes. Vandenbroele contó esta semana al fiscal Jorge Di Lello los supuestos roles de Moneta, Echegaray y Brito.

La inspección que no fue. En 2016, la jueza federal de San isidro, Sandra Arroyo Salgado, solicitó a la AFIP, ya en manos de Alberto Abad, un informe sobre The Old Fund, en el marco de una causa por incumplimiento de los aportes patronales de Ciccone Calcográfica. Fue entonces cuando la AFIP descubrió que el organismo había iniciado una inspección contra The Old Fund cuatro años antes y nunca la había finalizado. Había quedado suspendida en el tiempo. Así pudo reconstruirlo PERFIL de fuentes judiciales. La conclusión era que The Old Fund se utilizó para canalizar fondos de terceros. Sin embargo, la AFIP nunca lo dijo, hasta el cambio de gobierno.

Tras la inspección de 2016, la AFIP ordenó incorporar a The Old Fund en la base de sociedades apócrifas y la catalogó como usina de facturas falsas. Pero lo llamativo es que ya desde 2012, la firma encajaba con el perfil: en sus entonces tres años de vida había emitido una sola factura y tenía un solo empleado. Además, tras el escándalo, carecía de capacidad operativa o actividad económica.

La única factura de The Old Fund es la número 3, emitida en mayo de 2010 al Fondo Fiduciario Provincial (Fonfipro) de Formosa. Las facturas número 1 y 2 habían sido anuladas. La entidad a cargo del gobierno de Insfrán había depositado en la cuenta de The Old Fund en el Banco Macro $ 7,6 millones por su supuesto “asesoramiento para la reestructuración de la deuda provincial”, que negoció con el entonces ministro de Economía, Boudou. Hoy, para la Justicia, ese pago sería un desvío de fondos públicos hacia los bolsillos de funcionarios provinciales y nacionales.

Tras incorporar a la firma en la base de facturas truchas, el organismo analizó sus movimientos de dinero en 2011. Cuatro años más tarde llegó la generación de un Reporte de Operaciones Sospechosas (ROS) para la compañía Mayer Business Corp., una empresa panameña de Moneta. Esa firma canceló la deuda de The Old Fund con la AFIP y depositó $ 40 millones para saldar las deudas de la firma.

Los movimientos de 2011 también permitían observar que todo el flujo de dinero de The Old Fund antes y después de quedarse con la imprenta de billetes se manejó desde cuentas en el Banco Macro, propiedad de Brito, y desde una cooperativa de crédito con cuentas en el mismo banco.

PERFIL intentó comunicarse con Ricardo Echegaray y Brito pero no obtuvo respuesta. Moneta sufrió un ACV y se encuentra imposibilitado de afrontar las acusaciones de la Justicia.