POLITICA

La Cámpora propuso lanzar una consulta popular

El debate en Unidos y Organizados se dio bajo el lema "Buitres o Argentina, la Patria no se negocia". El recuerdo de la consulta del <em>Frente Nacional contra la Pobreza</em> de 2001.

En la calle. Las agrupaciones oficialistas se movilizaron el viernes con consignas antifondos.
| Pablo Cuarterolo

El discurso conciliador de la Presidenta impuso un reparto de roles. Mientras Cristina Kirchner expresa su voluntad de acordar con los fondos buitre, La Cámpora va a politizar el conflicto bajo el lema “Buitres o Argentina, la Patria no se negocia”. En adelante, el espacio Unidos y Organizados, donde se coordina la militancia kirchnerista, se reservará el papel de policía ideológico y nacionalista, ansioso por dar la batalla cultural ante los medios y la sociedad. Y en caso de que la negociación en Nueva York se complique, el camporismo ya maneja un plan B: una consulta popular no vinculante al estilo de la que realizó el FreNaPo en 2001.

Acá es necesario que aparezca la militancia”, incitó el diputado Andrés “El Cuervo” Larroque a los demás líderes de Unidos y Organizados, en la reunión de mesa chica que se concretó el miércoles pasado, en el primer piso del local de Pueyrredón y Rivadavia.

En esa suerte de comité de crisis antibuitres, el generalato de UyO (Larroque, Edgardo Depetri, Daniel Filmus, Luis D’Elía, entre otros) consensuó una serie de “acciones de concientización”: desde pintadas y afiches contra Thomas Griesa y Paul Singer; hasta panfleteadas en las esquinas porteñas, marchas federales, y un acto alegórico y masivo para el próximo 9 de julio.

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A la cita, incluso, por primera vez fueron invitados dos referentes de la juventud sindical: uno por la CGT de Antonio Caló y otro por la CTA de Hugo Yasky, en un intento por nacionalizar la causa y, de paso, agrupar a las Centrales bajo el paraguas del kirchnerismo. De hecho, La Cámpora pretende que en los próximos días Caló y Yasky compartan una charla sobre la praxis de los fondos buitre y sus perjuicios para los trabajadores.

Como alternativa de máxima, Larroque propuso una consulta popular no vinculante sobre la puja con los fondos. Una movida con un aire a la que hizo en 2001 el Frente Nacional contra la Pobreza en contra de los ajustes y a favor de la aplicación de planes sociales y políticas de desempleo.

El antecedente citado por Larroque no fue casual. La mayoría de los dirigentes presentes en el salón de UyO fue protagonista de aquel plebiscito histórico (juntaron unas tres millones de firmas), cuando la resistencia al neoliberalismo todavía minimizaba las diferencias que tiempo después, con Néstor Kirchner ya en el poder, estallarían entre las distintas orgas.

La sugerencia fue aprobada con entusiasmo, aunque a los pocos días resultara algo ninguneada por el tono acuerdista de la Presidenta. Sin embargo, tampoco está descartada por completo. Porque si bien el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos dejó a la Argentina al borde del default, el camporismo encontró una gran oportunidad para recuperar parte del vigor y la épica perdida. Como en los míticos días de la pelea pasivo-agresiva contra el Grupo Clarín y las entidades del campo.

Pero ahora mucho mejor que entonces, por la antipatía natural que despiertan tanto Griesa como los fondos buitre, incluso entre sectores que no apoyan al kirchnerismo. Además, algo ajena a la letra fina de la negociación sobre la deuda, La Cámpora hace otra carambola en la pulseada nacionalista contra los holdouts: mientras se hable de Griesa y los buitres, no se habla del ex fiscal José María Campagnoli, de la causa Ciccone, ni de Amado Boudou.