POLITICA
una causa que complica al gobierno

La embestida de los Ciccone contra Boudou esconde una puja millonaria

Buscan recuperar las acciones de la empresa y obtener una indemnización. En la Justicia, dejaron al vicepresidente al borde de una declaración indagatoria. Negociaciones secretas.

Jaque. Graciela Ciccone presentó el martes una acta según la cual su padre, muerto en 2012, asegura que se reunió con el vicepresidente para acordar la compra de la imprenta. El jueves lo confirmó su
| Cedoc

La venganza es un plato que se sirve frío y cuando llega la hora, los Ciccone saben sentarse a la mesa. La familia que fundó la imprenta de valores busca recuperar lo que perdió y devolver la puñalada. Nicolás Ciccone y su hermano, Héctor, habían sabido acordar con cada gobierno de turno, democrático o militar. Ahora sostienen que el vicepresidente Amado Boudou los “despojó”, quieren recuperar lo perdido y llevarse una indemnización millonaria. Algo se quebró y los terminó por convencer de pasar a la ofensiva. Y para ello buscan demostrar que fueron extorsionados por el socio y mejor amigo de Boudou, José María Núñez Carmona.

La primera parte del plan de los Ciccone fue intentar que Núñez Carmona o Raúl Moneta -supuesto financiador de The Old Fund- paguen lo que les deben: 1,2 millón de dólares; y recuperar la totalidad de las acciones de Ciccone Calcográfica para cuando la Corte Suprema decida si la expropiación de la imprenta fue o no constitucional. Tras el escándalo, el Gobierno decidió expropiar y estatizar la planta.

La demanda contra el Estado fue presentada por Vandenbroele, pero si los Ciccone recuperan todo serán los beneficiarios. Creen que el fallo será a su favor, que la expropiación estuvo mal ejecutada y que podrán recuperar parte de su patrimonio o cobrar la indemnización estimada en 300 millones de pesos. También hay terrenos millonarios en juego. 

La familia hizo saber a principios de 2012 que quería presentarse a declarar en la causa penal contra Boudou si los citaban como testigos y no como imputados, confirmaron a PERFIL fuentes de la causa. No estaba claro si eran cómplices o perjudicados. Tampoco lo está ahora, al menos para el fiscal Jorge Di Lello, quien pidió al juez Ariel Lijo que los cite a indagatoria. El juez no tiene dudas, cree que nadie es “bebé de pecho”, pero investiga si los Ciccone habrían cedido su empresa ante el ahogo financiero y las presiones.

El juez los citó recién en diciembre de 2013 como testigos. Sabía que los Ciccone habían estado negociando con quien ahora son sus enemigos. “Tenía que tener las pruebas suficientes para que se vean obligados a decir la verdad y no usarla para negociar”, sostienen fuentes judiciales.

Cuando acordaron entregar el 70 % de las acciones, firmaron un contrato. The Old Fund debía pagar 50 mil dólares mensuales a cada familia -la de Héctor y la de Nicolás- por los conocimientos sobre cómo manejar la empresa.

Los pagos se acordaron en septiembre de 2010, como consta en el contrato. Los Ciccone sostienen que los pagos fueron esporádicos e imparciales. Sólo cobraron un millón de dólares. El contrato se había roto. Pero se mantuvieron en silencio.
Tras la expropiación de la imprenta, durante 2013, por vía informal, los Ciccone intentaron llegar a un acuerdo vía Alejandro Vandenbroele, la cara visible de la firma The Old Fund. El intento fracasó. Luego, Nicolás, Silvia y Graciela Ciccone optaron por iniciar una demanda en la Justicia Comercial y sentar a las partes en mediación. La demanda se inició en mayo de 2013 y reclama a The Old Fund no haber cumplido el contrato y provocar daños y perjuicios a la familia. Hubo dos mediaciones durante 2013. Los Ciccone intentaron llegar a un acuerdo para recuperar el 70 % de las acciones de la planta de impresión. Núñez Carmona ni siquiera se presentó a las dos mediaciones.

La negociación fracasó, nuevamente. Una frase de Nicolás Ciccone quedó flotando en la sala de mediación. “No tengo nada contra el doctor Vandenbroele. Ha sido un caballero”. El hombre a quien esperaba encontrarse en esa reunión confidencial era Núñez Carmona, a quien no considera un “caballero”. En la causa comercial, los Ciccone no hablaron de extorsión. Aún. En los próximos días, el estudio que los representa, Cangueiro Ruiz, pedirá al juzgado comercial número 16 que solicite copia de los testimonio y documentación de la causa del juez Lijo que acreditan que los Ciccone habrían cedido la empresa ante la extorsión de Núñez Carmona.