POLITICA

La esposa de Kicillof compartió cátedra con Beatriz Sarlo

Soledad Quereilhac tiene 36 años, es madre de dos hijos y fanática del tango. Docente e investigadora, destacan su alto nivel académico.

BAJO PERFIL: la mujer de Axel Kicillof compartió una cátedra con la intelectual Beatriz Sarlo.
| Silvina Von Lapcevic

Quienes la conocen coinciden en algo: a Soledad Quereilhac no le gusta estar en el centro de la escena. Dueña de un estilo sobrio, estricta conducta y una belleza sin artificios, la mujer de Axel Kicillof logró sobresalir con naturalidad en el micromundo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, el lugar en el que se forjó como profesional y docente.

Sin embargo, la irrupción de su marido como defensor de la nacionalización de YPF esta semana cambió repentinamente el escenario para esta mujer de 36 años. Y es que la revista Vanity Fair española publicó el miércoles –tras la encendida exposición del funcionario kirchnerista frente al Congreso de la Nación– un perfil del agraciado viceministro de Economía que se detenía también en la figura de la mujer que es madre de sus dos hijos.

Libros y tango.
“Axel Kicillof: atractivo, padrazo, empollón y cerebro de la expropiación de YPF”, tituló la publicación en su página web. Gustos personales, historia familiar, detalles de su infancia y adolescencia y el perfil profesional del joven funcionario fueron intercalados (aunque con ciertas inexactitudes), con imágenes de su vida cotidiana. Entre ellas, claro, se destacaba la grácil imagen de Quereilhac, su esposa.

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Nacida el 3 de diciembre de 1975, Soledad estudió y se doctoró en Letras en la UBA. Su tesis se basó en la ficción científica en la literatura de fines del siglo XIX, bajo la tutoría de la escritora Sylvia Saítta, y su desempeño general fue tan bueno que no demoró en poner un pie en la docencia.

Así, desde 2001 se desempeña como profesora de prácticos en Problemas de la Literatura Argentina y Literatura Argentina II, la “temida” materia que tuvo a Beatriz Sarlo como titular de cátedra hasta hace algún tiempo.

“Su jefa de prácticos era Graciela Speranza, otra intelectual brillante, mujer del escritor Marcelo Cohen. Para estar en esa cátedra había que ser muy grosso, porque era una materia bisagra”, confió una ex alumna de la carrera que recuerda a Quereilhac como una mujer “linda, brillante y graciosa”.

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