POLITICA

La ex de Nisman, una jueza de perfil bajo

Por Emilia Delfino y Mariano Confalonieri|Sandra Arroyo Salgado se separó hace tres años del fiscal federal, con quien tuvo dos hijas. Cómo se enteró de la muerte del fiscal.

La jueza Sandra Arroyo Salgado (45) es la expareja de Nisman.
| Cedoc

Muy seria, de trato amable”, así la definen quienes la conocen a la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado (45), expareja del fiscal Alberto Nisman, con quien tuvo dos hijas. De perfil bajo –nunca le gustó salir mucho en los medios- Arroyo Salgado interviene en mega causas de narcotráfico, y por eso trabajaba mucho con la Secretaría de Inteligencia (SI).

Hace diez años que es jueza. Cuando se presentó al concurso era defensora general y había participado de la comisión de asuntos constitucionales del Senado.

Su nombre resonó en los medios en 2010, cuando ordenó que se les sacara ADN a los hermanos Noble Herrera, hijos adoptivos de la dueña de Clarín, “con o sin consentimiento”. Ella llevó a cabo todo el proceso, hasta que se determinó que Marcela y Felipe no eran hijos de desaparecidos.

Intervino también en el asesinato del prefecto Héctor Febrés, que estaba detenido por crímenes de lesa humanidad, en 2007. Febrés apareció muerto, pero el colectivo Justicia YA! pidió una autopsia, y la jueza la autorizó. Se determinó que había sido envenenado. En ese momento, Arroyo Salgado acusó a un entramado de Gendarmería y Prefectura que permitió el envenenamiento de Febrés. Pero la Cámara de San Martín revirtió la medida y acusó a las fuerzas federales de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Esa causa será sometida a juicio oral en poco tiempo.

Desvinculó a manifestantes de Lear de causas que se le hicieron por haber cortado la Panamericana. Indicó, en un fallo, que la Gendarmería no había logrado probar cómo determinadas personas habían sido identificadas como las que realizaron los cortes. En definitiva, sugirió que la fuerza federal había realizado espionaje.

Tiene en sus manos la famosa causa del gendarme “carancho”. Y debe decidir en las próximas semanas si llama a indagatoria al secretario de Seguridad, Sergio Berni, al gendarme López Torales y a Roberto Galeano, sindicados por los organismos de derechos humanos de haber armado una causa contra un manifestante.

“Es una mujer de un perfil muy bajo, equilibrada, va a buscar a los chicos al colegio y no ostenta”, contó a Perfil.com una fuente que la conoce.

Se enteró de la muerte de su ex pareja por el llamado de uno de sus secretarios. Ella está en España con las dos hijas, y está volviendo. Sus hijas son adolescentes y estudian en San Isidro.

 

(*) Subeditora y redactor de Política de Diario Perfil, especial para Perfil.com