POLITICA
El chalet presidencial en Chapadmalal

La inútil residencia que pagamos todos

Hace tres años que ni Néstor Kirchner ni su familia pisan la casa oficial de veraneo ubicada en los alrededores de Mar del Plata. Fueron apenas dos veces, ambas en el primer año de su gestión, y por sólo diez días. Por lejos, es el jefe del Poder Ejecutivo que menos tiempo utilizó este inmueble, construido en los años 40 por orden de Juan Domingo Perón. La vivienda fue usada como lugar de descanso veraniego por todos los antecesores a K, que prefiere El Calafate. El bungalow f ue remodelado en la era Menem y cuenta con amplias y hasta suntuosas comodidades, sostenidas con fondos públicos.

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FACHADA. Imponente, la residencia presidencial es un coqueto chalet con todas las comodidades. | Cedoc

“El Presidente tiene planeado descansar unos días en la casa de Chapadmalal”. Todos los veranos, el anuncio circula por los pasillos de la Casa Rosada y aparece en los diarios. Y entonces l a residencia se prepara para la gran llegada. Los cocineros elaboran un menú especial, la Policía Federal y Prefectura se alistan para desplegar efectivos. Los caseros acomodan los cuartos, dejan relucientes los ventanales del mirador, le pegan un vistazo a la playa privada y se dan una vuelta por el muelle gigante de doscientos metros. Pero Néstor Kirchner nunca llega: prefiere El Calafate, lejos de los problemas de Buenos Aires, cerca del glaciar Perito Moreno. El jefe del Ejecutivo se refugia siempre en la villa santacruceña, en su nueva casa con vista a la Bahía Redonda.

En la Argentina, el sillón de Presidente viene con el derecho tácito a usar bienes de lujo que son financiados con fondos estatales. Privilegios que disfrutaron los mandatarios anteriores y que nadie cuestiona, porque la costumbre los convierte en algo tan normal como el bastón de Bernardino Rivadavia. El avión presidencial Tango 01 es un ejemplo. ¿El Presidente necesita una inmensa aeronave que por dentro tiene desde una silla de peluquería hasta un baño con jacuzzi? Alguna vez el tema despertó polémica. Pero hoy K lo utiliza para todo, hasta para viajes que no son oficiales.

La cómoda casa de Chapadmalal –construida por orden de Juan Perón– es otro inmueble reservado a los presidentes, como lugar de vacaciones. La diferencia con el Tango 01 es que nadie lo utiliza: los Kirchner estuvieron apenas diez días. Aquí, la historia de una residencia oficial que está solventada con dinero del Estado, pero que hace tres años que se encuentra deshabitada.

Veranos oficiales. Algunos más, otros menos, todos los presidentes anteriores frecuentaron el chalet de Chapadmalal, a 30 kilómetros de la ciudad de Mar del Plata. Raúl Alfonsín no fue la excepción y una célebre anécdota sucedió ahí. En diciembre de 1984, el imitador televisivo Mario Sapag consiguió entrar al predio disfrazado del entonces canciller Dante Caputo. Caracterizado como el ministro, engañó a la custodia y se coló en las instalaciones.

Otro radical que se hizo habitué del lugar fue Fernando de la Rúa. La crisis económica no lo inhibió de vacacionar varias veces en las playas oficiales, donde posaba sonriente para las revistas del corazón.

El que estaba enamorado del lugar era el mismísimo Carlos Menem. Cada vez que podía, se subía al helicóptero de la Presidencia para aterrizar en el helipuerto propio que tiene la casa. Había tomado la costumbre de jugar al golf en un campo cercano y aprovechaba la ocasión para hacer reuniones políticas.

Como fanático de la pesca, el riojano ordenó que construyeran un enorme muelle. La desproporcionada construcción se terminó a fines de los noventa. Pero levantó polémica, porque les sacó arena a las playas vecinas y eliminó el balneario de Santa Isabel.
Piruetas del destino, esa escollera fue muy agradecida por su archienemigo Eduardo Duhalde. El ex gobernador bonerense –otro amante de la pesca– se escapaba los fines de semana, a salvo de las manifestaciones callejeras porteñas.

En realidad, el primero que usó la casa de verano para esconderse de las cacerolas fue el efímero Adolfo Rodríguez Saá. En diciembre de 2001, arregló una reunión de gobernadores peronistas, último manotazo para aferrarse a la Casa Rosada. La “ Cumbre de Chapadmalal” fue un fracaso, pero pasó a la historia como el momento previo a la renuncia del puntano.

Ausente sin aviso. Los Kirchner, en cambio, estuvieron en el chalet sólo dos veces. Ambas visitas fueron al comienzo de la “era K”. La primera, un fin de semana de noviembre de 2003. El santacruceño llegó el viernes 7 con su esposa, Cristina Fernández, y sus dos hijos. Máximo y Florencia querían aprovechar los escasos tres días para hacer playa. Pero ni siquiera eso: el cielo estuvo nublado y llovió fuerte.

La segunda –y última– visita la hicieron dos meses después, el 2 de enero de 2004. Aunque el Presidente estuvo por el fin de semana, la estadía fue más larga. Cristina, Florencia –con amigas– y Máximo –con su novia– se quedaron una semana. Como es su costumbre, la senadora aprovechó para hacer compras en Mar del Plata.

La familia presidencial no volvió más a la casa y desde entonces está vacía. PERFIL intentó averiguar cuánto dinero invierte el Estado nacional para mantenerla, pero la cifra no se encuentra detallada en el Presupuesto.

Aunque parezca increíble, el kirchnerismo usó ese lugar de veraneo como cortina de humo para tapar unas vacaciones que la Primera Dama y su hija se tomaron en Estados Unidos. En enero de 2005, distintos funcionarios K deslizaron en privado a la prensa que la llamativa ausencia de ambas se debía a que estaban en Chapadmalal. Como se supo después, en realidad se encontraban en Orlando, disfrutando del parque de diversiones Disneyworld.

Como todas las temporadas, este verano Kirchner anunció su presencia en Mar del Plata. Fue una promesa a Daniel Katz (el intendente de “La Feliz”) para mediados de febrero, con motivo de la nueva estación ferroautomotora. Y como todos los años, ahora la residencia de Chapadmalal se está preparando para recibirlo. No vaya a ser que esta vez, después de tres años, el anuncio al final se cumpla.

Perón la hizo construir
La construcción de la residencia de veraneo presidencial fue impulsada por Juan Domingo Perón. Está ubicada en el predio de la Unidad Turística Chapadmalal, un complejo hotelero que pertenece al Estado nacional. Esta instalaciones son utilizadas para el llamado “turismo social”: da alojamiento a personas de bajos recursos.

Según cuentan los historiadores de la zona, l as obras empezaron en el año 1947. Antes, el líder justicialista tuvo que expropiar más de 10 mil hectáreas. En aquel momento, las tierras eran propiedad de los Martínez de Hoz, la legendaria familia terrateniente a la que pertenece José Alfredo, el ex ministro de Economía del dictador Jorge Videla.

Aunque el Hotel Provincial de “La Feliz” se construyó con una cómoda suite presidencial, los jefes del Poder Ejecutivo la usaron poco. Para su alojamiento eligieron la casa de Chapadmalal, que cuenta con jardines, un privilegiado mirador con vista a la costa y una pacífica playa privada.