POLITICA

La "revolución" ferroviaria K: una virtual privatización

Randazzo había prometido que los cambios se producirían en "60 días". Las promesas incumplidas y las denuncias de "estafa".

Florencio Randazzo y Cristina Fernández de Kirchner anunciaron "cambios históricos" en el transporte ferroviario.
| DyN

Tras una terrible cantidad de tragedias, muertes, descarrilamientos y notable deterioro en los trenes metropolitanos durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el ministro Florencio Randazzo prometió que con su gestión, se produciría una "verdadera revolución en el transporte". Sin embargo las concesiones, subsidios millonarios y las reformas, tanto recientes como anteriores, generan malestar e indignación en usuarios y delegados ferroviarios.

Hace más de un año, Randazzo, responsable del transporte a nivel nacional, había prometido que el Gobierno concretaría una "verdadera revolución" en el sistema ferroviario metropolitano que se debería haber comenzado a notar "en los siguientes 60 días". Sin embargo, familiares de víctimas de tragedias como la de Once o Castelar denuncian que los cambios, como señalizaciones o pintadas o nuevos vagones "no alcanzan".

Hoy, el Gobierno, quien parecía dispuesto a avanzar con la estatización de los trenes, dejó en manos del grupo Roggio la operación de las líneas Mitre y San Martín, que se suman al Urquiza, que ya tenía, y los ramales Belgrano Sur y Roca para el grupo Emepa, de la familia Romero, que ya controlaba el Belgrano Norte.

El ramal Sarmiento, que conecta la Capital Federal con una amplia zona del oeste del Conurbano seguirá siendo el único operado por el Estado.

El grupo Roggio operará los tres ramales de la línea Mitre: Retiro-Tigre, Retiro-José León Suárez y Retiro-Bartolomé Mitre (Olivos, norte del Conurbano). Además, gestionará la línea San Martín, que une Retiro con Pilar. La empresa ya controlaba, a partir de la firma Metrovías, la línea Urquiza de trenes, que conecta la estación Lacroze, en el barrio porteño de Chacarita, con la estación General Lemos, en la localidad bonaerense de San Miguel.

Para el grupo Emepa, conducido por el empresario Gabriel Romero, quedaron las líneas Belgrano Sur y Roca (ya tenían bajo su mando la línea Belgrano Norte). La primera vincula Buenos Aires con el partido de Merlo. La línea Roca, por su lado, parte de la estación Constitución, en el sur de la Capital Federal, y con distintos ramales llega a La Plata, Ezeiza, Alejandro Korn, Claypole, Cañuelas, Haedo-Temperley, Gutiérrez y Bosques.

La línea Sarmiento, antes a cargo de Claudio Cirigliano, ahora en manos del Estado como se refirió antes, conecta la estación de Once (Plaza Miserere) con tres destinos (Moreno, Mercedes y Lobos) y quedó asociada a las tragedias ferroviarias más recientes: protagonizó un accidente el 22 de febrero de 2012 en la estación de Once, donde murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas, y otro en la estación de Castelar, el 13 de junio de 2013, con tres muertos y más de 300 lesionados.

Las promesas incumplidas en materia ferroviaria son varias: el tren bala que partiría desde Constitución y Retiro, tren a Avellaneda desde Retiro, tren bala a Mar del Plata; tren bala Retiro Rosario; normalización del tren Gran Capitán en Entre Ríos, cuyo estado es bochornoso; reparar el tramo del “tren a las nubes” de Salta que llegaba hasta Chile; tren San Miguel de Tucumán a Tafí Viejo; tren a Chile, firmado por Néstor Kirchner y Michele Bachelet; retorno del tren a la ciudad capital de San Juan; tren bala a Rosario desde Córdoba; tren transpatagónico biocéanico en Santa Cruz, anunciado por Néstor Kirchner, que iba a unir el Norte provincial atlántico con Chile; entre otros fallidos lanzamientos como el tren que une a la Argentina con Uruguay.

Para el jefe del cuerpo de delegados del Ferrocarril Sarmiento por la Unión Ferroviaria, Rubén "El Pollo" Sobrero, el reordenamiento de concesiones privadas de la mayoría de los trenes metropolitanos el Gobierno "está sosteniendo lo que ideó" el ex presidente Carlos Menem "en los '90". El sindicalista consideró que con la medida "se premió a aquellos que destruyeron el ferrocarril en los últimos 20 años", a la vez que dijo que "no se entiende cómo no les quitan las concesiones" a los privados y "se va a una empresa estatal para poder planificar un servicio distinto". "Seguimos cumpliendo el rol de la pavota: el Estado compra trenes y compra vías, y los empresarios (privados) se llevan la plata. En Argentina, es fácil ser empresario", argumentó.

Por su parte, el senador nacional de Unen Fernando "Pino" Solanas calificó como "una estafa" al reordenamiento del esquema de concesiones privadas de la mayoría de las líneas de trenes metropolitanos, al considerar que el sistema ferroviario continúa en manos de quienes "lo destruyeron y siguen haciendo negocios con el Estado". Además, volvió a reclamar el "control social" de trabajadores y usuarios de los ferrocarriles metropolitanos. "Son las mismas empresas que, durante 20 años, no sólo destruyeron los ferrocarriles sino que obtuvieron rentas fenomenales a través del ingreso por boletería, subsidios operativos, subsidios en inversión de capital y colaterales (alquileres y publicidad), sin arriesgar un solo peso de su bolsillo", denunció Solanas en un comunicado.

En enero de 2013, Randazzo sostuvo que le "gustaría ser el hombre que resolvió los problemas históricos del transporte de Argentina". Uno de sus últimas acciones fue la compra a China de más de 1000 coches para sumar a las líneas metropolitanas. La propia Presidenta reveló en 2013 que profundizarían las reformas y anunció "la renovación ferroviaria más importante de los últimos 50 o 60 años".