Tras permanecer en reposo durante dos semanas por indicación médica, Elisa Carrió reapareció esta semana en los medios. En TN, la diputada admitió que sufre problemas cardíacos, producto del estrés. “Tengo problemas de salud desde hace muchos años, con motivo de los distintos y brutales estreses que la Argentina da. El primero fue en 2001, cuando se cayeron todos los gobiernos. Ahí empecé a tener diabetes, problemas en la vista. En la elección de 2003 estuve enferma y tuve que dejar. Y después fue 2009, y uno está grande”, contó. “A veces uno se enferma de impotencia porque no ser escuchada en lo obvio trae un gran dolor”, agregó. La relación entre el estrés psicosocial y la salud del corazón es bien conocida. Estudios científicos demuestran que la crisis que vivió el país en 2001 causó unas 20 mil muertes más que lo habitual por problemas cardíacos entre abril de 1999 y diciembre de 2002. “La sobrecarga de tensión, el estrés agudo y crónico, está claramente relacionada con la patología del corazón. Las más frecuentes son las complicaciones cardíacas (angina de pecho, infarto agudo de miocardio, arritmias) o cerebrovasculares (ACV)”, explicó el cardiólogo Daniel López Rosetti, jefe del Servicio de Medicina del Estrés del Hospital San Isidro. “El estrés es la relación entre las cargas o amenazas y la capacidad de resistencia a esta situación. Los políticos sufren mucho del estrés en términos generales porque habitualmente tienen una amenaza continua a su proyecto”, sostuvo. Hace un mes, Carrió debió suspender un viaje tras sufrir una indisposición debido a una baja en los niveles de potasio. Habitualmente, esto se relaciona con una dieta baja en este mineral o con la toma de ciertos medicamentos, como los diuréticos. Sin embargo, aunque se le realizaron varios estudios, los médicos no pudieron detectar la causa de la hipokalemia que sufrió Carrió.
