POLITICA
Opinan Horowicz, Gabetta y Fraga

La Venezuela que viene y la relación con Argentina

Tres observadores de la realidad compartieron con perfil.com sus análisis respecto a los anuncios de Chávez de nacionalización de recursos, el inicio de un nuevo gobierno y los vínculos con EE.UU.

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Chvez, exhultante, saluda al pueblo venezolano despus de su categrica victoria en las urnas. | AFP

Ante la inquietud que despertó a nivel global el repentino cambio de gabinete del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el anuncio de nacionalización de la electricidad y las telecomunicaciones y su discurso de asunción de un nuevo mandato presidencial en el que proclamó “Socialismo, patria o muerte”, perfil.com consultó a tres especialistas sobre cuestiones tales como:

1) ¿Cuáles podrían considerarse como los principales lineamientos de la vía venezolana al socialismo?

2) ¿Cuáles serán las implicancias de estas políticas en el seno del MERCOSUR?

3) ¿Cómo cree que repercutirán en la relación bilateral con la Argentina?


• “No puede pensarse que cualquier mecanismo que plantee una nacionalización es socialista”
Alejandro Horowicz (*)

En primer lugar conviene decir que por vía al socialismo, después de 1989 no se puede entender nada preciso. Antes hubo dos ejes: uno ligado al modelo soviético y otro al reformismo europeo socialdemócrata. Ambos programas fueron derrotados. En Venezuela lo que se ha anunciado es la nacionalización de dos elementos que pasan a la propiedad pública. No puede pensarse que cualquier mecanismo que plantee una nacionalización es socialista ya que de lo contrario varios países que tienen estos elementos fuera del área privada deberían denominarse socialistas. El único que podía creerlo de esa manera era Alvaro Alsogaray.

No creo que haya demasiadas implicancias en el Mercosur con estos anuncios. Si el planteo de Chávez tuviera una cierta incidencia en el bloque debería tenerla en un programa general del Mercosur pero no lo tiene. Por el momento el Mercosur no tiene ni una moneda común, ni una organización política común ni instituciones democráticas comunes por lo que poca incidencia pueden tener las decisiones internas de un país respecto al resto de los integrantes el bloque.

Sobre la Argentina creo que no va a repercutir en lo más mínimo en la relación ya que se trata de medidas de cara al mercado interno. El resto es una especie de cuco que crea la derecha neoliberal como si las iniciativas impulsadas por Chávez fueran una gesta antinorteamericana, o directamente anti el presidente de EE.UU. George W. Bush.

(*) Escritor, ensayista, analista político.


“El socialismo bolivariano no es por ahora más que un anuncio, una intención”
Carlos Gabetta (*)

No han sido explicitados todavía los lineamientos de la vía venezolana al socialismo. Más bien, son presentados por el propio presidente Chávez y sus colaboradores como una firme determinación, basada en el método de "ensayo y error". De momento, no han tratado al menos de poner en práctica los dos elementos que provocaron el derrumbe del modelo soviético: el régimen de partido único y la economía ciento por ciento controlada y planificada desde el Estado. Por ahora, el "chavismo" es sólo un régimen populista clásico, que hace una política distributiva en base a una amplia disponibilidad de recursos, tal como lo hizo en Argentina el primer peronismo.

La única diferencia es retórica: ha anunciado su disposición de marchar hacia el socialismo, algo que Perón no sólo nunca hizo, sino que combatía encarnizadamente cuando algún sector de su propio movimiento lo reclamó. Habrá que esperar a disponer de más elementos de juicio y, sobre todo, no dejarse llevar por las afirmaciones de la oposición interna al chavismo o de la propaganda de Estados Unidos, que tienen mucho de paranoia y despecho.

Respecto al Mercosur habrá que ver cuando ese "socialismo bolivariano" sea una expresión concreta.

Por ahora, la influencia de Chávez es muy positiva, ya que impulsa iniciativas concretas, aunque no de corte socialista: un fondo común de desarrollo, el gasoducto, etc.

Sobre la Argentina no puede haber influencia en la relación bilateral de algo que aún no existe. Claro que, cuando Chávez habla de socialismo en presencia del presidente Kirchner -lo mismo que cuando lo hace ante Lula o cualquier otro mandatario- éstos intentan desmarcarse, pero poco más. El socialismo bolivariano no es por ahora más que un anuncio, una intención.

(*) Director de Le Monde diplomatique, edición Cono Sur. Acaba de publicar "La
'democracia' en Argentina", ediciones Capital Intelectual, Buenos Aires, 2004 y "La debacle de Argentina", Icaria, Barcelona, 2003.


• La renovada influencia de Chávez
Rosendo Fraga (*)

En Estados Unidos los demócratas en los primeros días de enero, dieron señales de pretender un enfoque diferente en la política hacia América Latina. La nueva presidente de la cámara de representantes (Pelosi) pidió una nueva relación con la región al sostener que la administración Bush la había descuidado y destinado el menor presupuesto de ayuda a América Latina en cuarenta años. Además se mostró partidaria de avanzar en acuerdos de libre comercio bilaterales con países de América del Sur (como el que firmó Chile y negocian Colombia y Perú).

Por su parte, el líder de la mayoría demócrata en el Senado (Reid), visitando países de la región andina en la segunda semana de enero, también criticó a Bush por haberse concentrado demasiado en Irak olvidando América Latina. Sostuvo que la región volverá a ocupar un rol importante por la cuestión de la inmigración,- los mexicanos que trabajan en EE.UU. enviaron en 2006 remesas a su país una cifra record de 22.000 millones de dólares,- y agregó: “Estamos decididos a hacer algo por esta región”.

El giro en la política latinoamericana de Washington, que plantean los dos líderes de las bancadas mayoritarias del Congreso controladas por la oposición demócrata, coincide con algunas señales en el mismo sentido de la propia administración, ya que el subsecretario de estado para América Latina (Shannon) sostuvo cuando fue reelecto Chávez, que lo importante era que estaba haciendo los cambios en democracia.

Pero l os anuncios de Chávez, radicalizando su gobierno en todos los campos, constituyen un golpe para quienes en EE.UU. pretenden cambiar la política hacia América Latina. El Presidente venezolano inició el 10 de enero un mandato de seis años,- previamente gobernó ocho,- con la consigna de “socialismo o muerte”, anunciando que reformará la Constitución para establecer la reelección indefinida y que nacionalizará electricidad, agua, telecomunicaciones, petróleo y medios de comunicación.

Atacó al secretario general de la OEA (Insulza), exigiéndole la renuncia y llamándolo “pendejo”. Cuatro voces desde la Casa Blanca criticaron estos anuncios de Chávez y el diario New York Times hizo lo mismo. Por su parte la mayoría de los países de la OEA, respaldaron a Insulza, tomando distancia del presidente venezolano. Pero la influencia de Chávez sobre varios países de la región se incrementa.

Después de su anuncio, el presidente de Bolivia (Morales) dijo que este año va a nacionalizar la minería, comenzado por imponer la multiplicación por seis de los impuestos que paga, en momentos que la crisis política en el departamento de Cochabamba se agrava y se estatiza el servicio de agua. Queda claro también que Brasil no está en condiciones de contener a Chávez, ni aún en el ámbito de Mercosur.

Al asumir, el nuevo presidente de Nicaragua (Ortega), se hizo evidente la influencia de Chávez, pese a las señales favorables hacia Washington que había dado el primero. El mismo día que asumió, el presidente nicaragüense,- el ex líder sandinista retorna al poder tras 16 años y lleva como vicepresidente a un ex jefe de los contras,- firmó la incorporación a la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), que iniciaron el 29 de abril de 2005 sólo Cuba y Venezuela y que en enero del año pasado se sumó Bolivia.

Venezuela invierte cientos de millones de dólares en Nicaragua,- cifra muy importante para este país que es el más pobre de América Central,- en hidrocarburos, energía eléctrica, salud, infraestructura de carreteras, aeropuertos, hospitales, programas para reducir el hambre y financiamiento para construir 200.000 viviendas populares. Frente a ello, Bush sólo responde con un llamado telefónico a Ortega y Lula opta por no asistir a su asunción, pese a que el día antes visitó Panamá, para gestionar la participación de empresas brasileñas en la ampliación del canal.

La asunción del nuevo Presidente de Ecuador (Correa), también mostró la influencia creciente de Chávez. La presencia del presidente iraní junto con su colega venezolano, confirmó que el presidente venezolano mediante su alianza política con Irán, puede transformarse en una vía de acción en América Latina para el régimen iraní. Además, Ecuador es exportador de petróleo, como lo son Irán y Venezuela y esto crea un interés común cuando el precio del crudo está más bajo que el año pasado.

Cabe señalar que antes de asumir, Correa anunció que su país se incorporará como socio pleno del Mercosur, como lo ha hecho Venezuela y lo ha anunciado Bolivia, con lo cual tres de los cuatro países del ALBA,- Ecuador también la firmaría,- pasarían a ser tres de los siete que tendrá el Mercosur. Quizás buscando limitar la influencia de Chávez en el Mercosur, Brasil parece dispuesto a ofrecer ciertas facilidades a los dos países más chicos del grupo originario (Uruguay y Paraguay), para lo cual requerirá la colaboración de Argentina.

El Mercosur no logra avances en la negociación con la UE y tratará de avanzar en el acuerdo que negocia con Israel, varias veces postergado.

En conclusión: los dos líderes demócratas del Congreso de EEUU, dijeron que se dará más atención a América Latina, que quedó relegada para Bush después del atentado de las Torres Gemelas; pero los anuncios de Chávez no permitirán una actitud más flexible frente a Venezuela, dado que implican una radicalización de su régimen en lo político y económico; las inversiones y el apoyo económico que Venezuela da a Nicaragua, aumentarán la influenza de Chávez con Ortega, quien pese a ello buscará no romper con Washington manteniéndose en el CAFTA y el nuevo presidente de Ecuador (Correa) también se muestra cercano a Chávez y la presencia del presidente iraní en su asunción, así como el anuncio de incorporación al Mercosur lo confirman.

(*) Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.