"Por favor no hagas promesas sobre el bidet", rezaba Charly García en 1984. En tiempos de campaña, la historia se repite: los candidatos de todos los partidos hacen promesas que, muchas veces, es casi imposible saber de que manera las llevarán a la practica.
"En mi gobierno se va a acabar la inflación y no va a haber más Impuesto a las Ganancias para los trabajadores". ¿Quién dijo esto? no es un candidato del Frente de Izquierda, sino el líder del PRO, Mauricio Macri. El caso del jefe de gobierno porteño no es el único ni nuevo. Ya lo hizo Carlos Menem en 1989 cuando prometió una "revolución productiva" o la Alianza cuando irrumpió en el poder con el discurso de la revolución ética sin tocar la calma económica.
Macri además prometió a los sectores agropecuarios la reducción gradual de las retenciones a la soja, a razón de 5 puntos porcentuales por año.
En el Frente Renovador, Sergio Massa aseguró que es posible "eliminar el cepo al dólar en 100 días" a través de un plan que, según dejaron trascender desde su equipo económico, presentarán en noviembre. Meses atrás, de paso por Salta, propuso instalar a las Fuerzas Armadas en la frontera para combatir el flagelo del narcotráfico.
Quien no puede vender demasiado ya que se encuentra alineado al gobierno nacional es Daniel Scioli. Por eso, se encargó de criticar las propuestas electorales de los candidatos de la oposición. Sobre las promesas macristas dijo: "No hace falta en los tiempos que se vienen ni un líder revolucionario ni la refundación de la Argentina, hace falta alguien que gobierne con sentido común y que logre encausar al país en la agenda del desarrollo".
Y de paso, fustigó las promesas que realizó Massa: "Una cosa es gestionar 26 puertos en la provincia de Buenos Aires, por donde salen el 25% de los productos manufacturados, se exporta el 60% de la cosecha, y miles de contenedores salen al mundo y del mundo entran acá y otra cosa es gestionar un puerto de frutos en Tigre". A pesar de todo él también realiza promesas, aunque asegura que las cumplirá antes de 2015, como la ampliación de la autopista Buenos Aires - La Plata y la refacción de la ruta 6.
Por el lado del radicalismo, Ernesto Sanz fue el eje de las críticas por parte de sus competidores ya que directamente señaló en TN que "si nosotros llegamos a ser Gobierno, este tema de la adecuación forzosa (por la Ley de Medios) y todas las otras (leyes) que van saliendo de forma antinatural, como el Código Civil, como la Ley de Autoabastecimiento que es autoritaria e inconstitucional, como la Ley de Hidrocarburos que va en contra de los intereses del país y del federalismo…Todas esas cosas las vamos a revisar, las vamos a derogar, las vamos a anular y vamos a volver a la normalidad institucional en un país que está enfermo de anormalidad", aseguró Sanz,
En el equipo de Julio Cobos no hablan de "medidas aisladas", según contaron a Perfil.com y se diferencian de "los que se preocupan por derogar". Una de las promesas es convertir en ley la Asignación Universal por Hijo (AUH) y un paquete de medidas "para ir hacia variables positivas": inflación de un dígito, superavit comercial y primario y recuperación de las reservas del BCRA.
