Tal como lo adelantó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su reaparición tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, el Poder Ejecutivo envió hoy al Senado el proyecto de Ley que crea la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Este nuevo organismo será el que reemplace a la Secretaría de Inteligencia (SI). Entre los artículos del proyecto enviado existen varios, cuanto menos, polémicos.
El artículo 23 es el que más se destaca de todos. Según éste, la totalidad del personal, bienes, activos y patrimonios de la SI deben transferirse a la nueva AFI. Además agrega: “El personal mantendrá sus respectivos niveles, grados y categorías de revista escalafonarios, sin perjuicio de la asignación de nuevas funciones derivadas de los sustanciales cambios previstos en esta ley".
El artículo 5 bis se incorpora a la vieja Ley de Inteligencia. Esta norma regula quién ordena las actividades de inteligencia. “Serán ordenadas por las máximas autoridades de cada organismo”, esto habilita a la nueva AFI a iniciar cualquier investigación sin depender de la orden judicial de un Juez o cualquier otra autoridad Judicial.
Está nueva facultad choca con la antigua ley, según la cual ningún organismo de inteligencia podrá “cumplir, por sí, funciones policiales ni de investigación criminal, salvo ante requerimiento específico realizado por autoridad judicial competente en el marco de una causa concreta sometida a su jurisdicción, o que se encuentre, para ello, autorizado por ley”.
Finalmente, el proyecto agrega entre las amenazas para la Nación a los “ciberdelitos”, cuya definición en el país no es clara, por lo tanto la AFI tendría la facultad de espiar cualquier actividad que sea considerada de ese tipo por el mismo organismo.
