Enrique Lavié Pico, un juez de tinte político, como lo distinguen aquellos magistrados abocados a la academia, tiene 46 años e inició su carrera en el fuero Federal Contencioso Administrativo.
De doctrina peronista, sumó vasta experiencia como secretario relator del camarista Pablo Gallegos Fedreani. Luego, pasó a la Ciudad de Buenos Aires como secretario letrado de la jueza Elena Liberatori, una jueza temida por Mauricio Macri.
En septiembre de 2007, el oficialismo lo nombró titular del juzgado federal en lo Contencioso Administrativo que hoy ocupa.
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Tiene buena relación con los camaristas Sergio Fernández, Carlos Grecco y Gallegos Fedreani, de buena llegada a la ex SIDE. Más específicamente al mismo sector que la Presidenta cree que se ha alineado con Sergio Massa.
Entre sus resoluciones más controvertidas, se destaca la de marzo de 2010, cuando el juez Lavié Pico avaló un amparo del jefe del bloque oficialista, Miguel Angel Pichetto. Entonces, el Gobierno peleaba con Julio Cobos por conformación de la Comisión Bicameral de Tratamiento Legislativo.
El magistrado suspendió un decreto del entonces vicepresidente Cobos que había aceptado que la Bicameral tuviera más integrantes de la oposición que del oficialismo. El juez ordenó reincorporar a la senadora oficialista Beatriz Rojkés de Alperovich.
En mayo de 2013, Lavié Pico suspendió la conformación de las nuevas cámaras de casación con “conjueces, jueces subrogantes o surgidos de procesos abreviados”. Las había creado el Gobierno en el marco de la primera reforma judicial. Pero ese mismo mes también, Lavié Pico rechazó un amparo para declarar inconstitucional la ley que regula el dictado de medidas cautelares contra el Estado, una de las iniciativas clave de la reforma judicial.
