POLITICA
Encuentro con los “sin tierra”

Macri aceptó que “la mano está dura” y Peña pidió una campaña “vietnamita”

Junto a Vidal recibieron a los candidatos de Cambiemos en distritos de la oposición. Se habló de la diferencia de imagen entre ellos y la necesidad de destacar las obras.

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Equipo. Los asistentes destacaron los diferentes estados de ánimo que mostraron los representantes del interior con los del Conurbano. | prensa cambiemos

No todos llegaron igual de motivados. Mauricio Macri y María Eugenia Vidal recibieron ayer en la Quinta de Olivos a los denominados “sin tierra”, los candidatos a intendentes de Cambiemos en los distritos donde no son gobierno. Pero no es lo mismo la situación de los que vienen del interior de la Provincia, donde las encuestas son más alentadoras, que los del Conurbano, que les toca pelear en el territorio más crudo porque es donde peor imagen pública tiene el Presidente. Para unos y otros, sin embargo, el objetivo era el mismo: motivarlos y transmitirles las líneas directrices de lo que es la estrategia de Cambiemos.

Ante unos 100 dirigentes, entre chorizos, morcillas, tiras de asado y ensaladas, reconoció que la “mano está dura”, pero repitió que “es el único camino posible” y que “la solución no está en el pasado”. Y reiteró números que viene dando en distintos discursos, como el promedio de inflación de los últimos 60 años o la cantidad de crisis recurrentes del país. Además, los convocó a ser “contraculturales y contracíclicos” y calificó que se viene una “elección histórica para salir definitivamente del populismo”.

Vidal, por su parte, aseguró que “el cambio es el de la no resignación”, lo que parece una respuesta a algo que vienen detectando en Cambiemos, que es la decepción que sienten muchos de sus votantes. Además, que “nada de lo hecho en la Provincia hubiera sido posible sin el apoyo del Presidente”. Ese argumento lo repetirá cada candidato en sus distritos, ya que el principal desafío es levantar la imagen de Macri.

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Para los candidatos, sin embargo, la situación no está fácil. Mery Fino, concejal de Cambiemos del partido de La Costa, fue cruda con el Presidente cuando le planteó que la gente la quiere más a Vidal que a él, y que a ella también le cuesta el bolsillo. Pero lo calmó diciendo que cuando le abren la puerta en los timbreos termina convenciendo a la gente que también lo voten.   

Hace dos años, antes de la elección, Macri les había dicho a los candidatos que no dudasen en utilizar a Vidal para la campaña si medía más que él. Esta vez no lo dijo. Un dirigente de Cambiemos encontró las razones: “Este año Macri estará en la boleta, si está bajo tenemos que trabajar todos para ayudar a levantarlo, no nos podemos dar ese lujo”.

Después de Macri y Vidal, fue el turno de los jefes de Gabinete, Marcos Peña y Federico Salvai. Allí, Peña hizo hincapié en lo que será la estrategia electoral y dejó una frase que quedó replicando: “Tenemos que ser más vietnamitas”. Se refería a que la campaña debe sostenerse desde abajo, en contacto permanente con la gente. Por eso, aunque a nivel nacional no se están haciendo timbreos, los llamó a “no perder la calle” y seguir con ese mecanismo a pesar de que el efecto ya no sea el mismo que antes.

“Fue muy positivo porque todos los candidatos pudieron estar con Macri, es toda gente que está defendiendo la gestión en sus distritos”, señaló Alex Campbell, uno de los organizadores del Foro del Cambio, espacio donde se vienen reuniendo todos los candidatos “sin tierra”.

En las filas de Cambiemos destacan que son el único espacio “ordenado”. “Acá cada uno tiene un rol definido y ya sabemos quienes serán los candidatos”, lanzó Vidal. De hecho, de algunos distritos había dos, tres o hasta cuatro candidatos. Por Avellaneda, por ejemplo, estaban Gladys González y el periodista Luis Otero.

Entre los “sin tierra” hay ministros como Alejandro Finocchiaro (La Matanza) o Santiago López Medrano (San Martín) a otros con menos exposición, como Pablo Alaniz (F. Varela) o Ezequiel Pazos (José C. Paz). Todos, de todas formas, ahora deberán apostar a que la economía se estabilice, la imagen presidencial levante y la estrategia marcospeñista rinda sus frutos.