POLITICA
la estrategia del lider del pro

Macri se alejó de los cruces porteños para evitar que dañen su candidatura

Viajó al interior para mostrarse por encima del duelo entre Larreta y Michetti. Dio marcha atrás con la idea de acompañar a su jefe de Gabinete en sus últimos actos de campaña.

Acuerdo. El jefe de Gobierno porteño, el radical Ernesto Sanz y Luis Juez presentaron ayer la fórmula de la alianza para competir por la gobernación de Córdoba.
| Prensa PRO

No se lo vio en actos del PRO porteño. Ni con su candidato preferido, Horacio Rodríguez Larreta, ni con Gabriela Michetti. Prácticamente no habló de la interna que mañana enfrentará a los dos rivales históricos del macrismo. Es más: a pocas horas de los comicios viajó a Córdoba y, luego, a Chaco a mostrarse como un “presidenciable” apadrinando fórmulas provinciales para la gobernación. Mauricio Macri tomó la decisión de mantenerse alejado de la batalla interna por su sucesión.

En las últimas dos semanas tres cuestiones animaron su determinación. En primer lugar los sondeos que le mostraban sus principales asesores le otorgaban un triunfo a Rodríguez Larreta, su apuesta en las primarias. En segundo lugar confluyeron el avance de importantes acuerdos en las provincias (en Córdoba en particular) con la elección en Santa Fe, donde Miguel del Sel se colocó como firme candidato a ser gobernador. Por último, minimizar la chance de que los cruces verbales entre michettistas y larretistas afecten su imagen nacional.

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“Queríamos que deje de darle bola a la interna y que se meta en lo nacional. Por eso ni se participó del final de la campaña”, cuenta uno de los principales armadores del PRO. “A Horacio ni siquiera le dio consejos en la última parte”, agrega la misma fuente.

Es más: según apuntan en Parque Patricios (en la flamante sede del gobierno porteño) Larreta tenía en su mano la carta de aparecer con el jefe de Gobierno porteño en sus últimos actos con vecinos, y finalmente no la usó.

Si bien en un comienzo le dio un fuerte respaldo (escribió una corta, pero contundente, carta en Facebook, lo acompañó a varias inauguraciones y luego compartió la mesa de Mirtha Legrand), los últimos quince días no apareció. Larreta se concentró en mostrarse con Diego Santilli –con quien compartirá fórmula si gana las PASO–, la vicejefa, María Eugenia Vidal, y los ministros más influyentes, Néstor Grindetti (Hacienda), Edgardo Cenzón (Espacio Público) y Esteban Bullrich (Educación).

Macri se mostró ajeno a la interna pero, por las dudas, se aseguró de que mañana a la noche, en el búnker compartido en Costa Salguero, le levantará la mano al ganador junto al perdedor al lado bajo la idea de que el verdadero triunfador fue el PRO. Por ello, en sus únicas declaraciones públicas al respecto, a principios de semana, negó que un triunfo de Michetti sea una derrota personal. “Fue una enorme discusión si poner o no las PASO, pero consideré que debía haber internas. No podía decidir yo la sucesión”, se limitó a decir.

¿Pudo haber impactado la interna en su imagen nacional? En el macrismo lo niegan. “No impactó en su imagen nacional. Nosotros no vimos eso, ni que se haya frenado su crecimiento”, asegura uno de los funcionarios que se codea con las encuestas.

Esta semana fue clave para el jefe de Gobierno. A la victoria en Santa Fe el domingo por la noche, donde viajó para acompañar a Del Sel, se le sumó una recorrida por la provincia de Buenos Aires junto a Vidal, su “niña mimada”, el martes. La acompañó a Villa Bosch y aprovechó para resaltar que es “la mejor candidata a gobernadora en la provincia”.

Al otro día, en la reunión de gabinete –a la que no fueron ni Larreta ni Vidal– se cruzó con Hernán Lombardi (Cultura), elegido por la senadora como su vice. “¿No me vas a felicitar?, le dijo, risueño, Lombardi. “Todavía estoy esperando que me llamen para avisarme”, le respondió, entre seco y divertido, Macri.

Ayer, el líder del PRO volvió, de lleno, a la campaña nacional: viajó por la mañana a Córdoba para sellar una alianza con la UCR (ver recuadro).

Por la tarde voló a Chaco, donde le dio su apoyo a la intendenta de Resistencia, la radical Aida Ayala, como candidata a gobernadora.

Tras una caminata por el centro, acompañado por el armador del PRO en la provincia, Juan Curuchet, Macri se mostró distendido con la intendenta. Estaba a más de mil kilómetros de la interna más dura de su partido.