POLITICA
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Macri y Alberto encaran el desafío de descontarse votos en la 'triple C'

Por su peso electoral, la brecha en esos tres distritos es crucial. El kirchnerismo apuesta a mejorar respecto de 2015 en la región centro y el macrismo a crecer en la Provincia.

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RECTA FINAL. Macri y Fernández hacen cálculos y recorren el país. | CEDOC.

Cualquier voto vale lo mismo, pero hay lugares donde a cada espacio político le puede resultar más fácil pescarlos. Con esa lógica, en el macrismo y el kirchnerismo afrontarán los próximos catorce días con el objetivo de estirar o acortar ventajas. En una elección hiperpolarizada están obligados a ir a buscar a los votantes que en las últimas elecciones no los eligieron o para recuperarlos si están desencantados. Y en ese marco, el eje de las “tres C” aparece como clave: quien más logre recortar o extender la diferencia de votos en el Conurbano, Córdoba y Capital quedará mejor parado en el resultado final.

Entre los tres suman más del 40% de los votos de todo el país. En el primero viene más sólido Alberto Fernández mientras  en los otros dos, Mauricio Macri. En los dos frentes hacen cálculos y comparan las encuestas con los últimos resultados electorales, sobre todo el de 2015, por tratarse también de una elección presidencial. Hoy ya no importa tanto la cantidad de votos que sacan en cada distrito, sino la diferencia, casi como si se tratase de un ballottage.

“En términos comparativos lo vemos muy parecido a lo que fue hace cuatro años”, asegura una fuente del comando macrista, quien visualiza una diferencia de entre 3 y 4 puntos a favor de los Fernández.

En Casa Rosada son conscientes de que hay encuestas que ya muestran escenarios de paridad o incluso a Macri arriba, pero prefieren insistir con que sus números los siguen mostrando abajo. “Al Gobierno le conviene decir que pierde por 4 y perder por 1 que al revés”, razona un encuestador de los que tiene contacto cotidiano con los funcionarios.

En el búnker del Frente de Todos, por su parte, se muestran convencidos de que ya recuperaron terreno en el centro del país y las grandes ciudades. “Vamos a seguir recuperando donde estamos dedicando los mayores esfuerzos de campaña”, resumen. Y enumeran Córdoba, Santa Fe, grandes ciudades del interior bonaerense y Mendoza como ejemplos. No difunden los números de sus encuestas, pero aseguran que están mejor de lo que marcan la mayoría de los sondeos conocidos.

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Otro encuestador, de los más consultados por los políticos, también ve un escenario similar al de 2015, aunque con los dos más arriba. “Ambos mejoran con la mayor polarización y logran tener un mejor caudal electoral”, afirma. El tiene un trabajo comparativo hecho con los resultados de las PASO, en las que Daniel Scioli le ganó a la suma de Cambiemos (Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz) por 38 a 30. “Hoy suman 12 puntos más entre las dos fórmulas principales”, reconoce, a la vez que señala que Macri y Miguel Pichetto se llevan la mayor parte y por eso se achica la diferencia. Otros lo comparan directamente con la elección de octubre, ya que consideran que es un piso más genuino de votos de Cambiemos.

El cordón centro sigue siendo el de mayor fortaleza para Juntos por el Cambio. La Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos es donde obtiene los mejores porcentajes. El problema es que la polarización le estaría permitiendo a la fórmula Alberto-Cristina mejorar el desempeño de Scioli-Zannini en 2015. En Córdoba, por ejemplo, Macri ganó por 53% a 19% (estaba Sergio Massa como candidato también), lo que se traduce en 735 mil votos. En la Rosada confían en ganar por más de 20 puntos, pero eso implicaría una brecha menor. Alberto Fernández ya fue dos veces en las últimas dos semanas y volverá a ir el jueves y el viernes próximos. En la Ciudad se da algo similar, aunque apoyado en la gestión de Horacio Rodríguez Larreta el oficialismo podría mantener la diferencia de 25 puntos de 2015. En Mendoza también el Gobierno pone en riesgo una amplia brecha.

En provincia de Buenos Aires es donde el kirchnerismo trabaja para acrecentar las diferencias. Con fortaleza en el Conurbano, apuestan a achicar la brecha que el macrismo consigue en el interior bonaerense, sobre todo las grandes ciudades. En el macrismo reconocen la distancia pero se muestran confiados en la recuperación de las encuestas.

Santa Fe, el tercer distrito en importancia del país, muestra la mayor paridad y es un misterio como se favorecerá Roberto Lavagna del apoyo del socialismo. Alberto Fernández se ilusiona con los votos del gobernador electo, Omar Perotti, más votos socialistas. Cerca de Macri, por su parte, creen que habrá mucho voto cruzado y que pueden terminar ganando. Hace cuatro años ganó Cambiemos por apenas 3,5 puntos.

En Entre Ríos en 2015 se dio un virtual empate y se descuenta otra vez paridad. Y aunque alguno estire la brecha, no será determinante.

El norte también abre un escenario de disputa. No por la paridad, sino por la posibilidad de que Macri mejore. El kirchnerismo ganó ahí por 1.400.000 votos en 2015; ahora el Gobierno dice mejorar en Jujuy, Corrientes y Salta, y achicar brechas en la mayoría, sobre todo por la polarización. En el norte, Massa había obtenido mejores resultados que Macri. En el Frente de Todos niegan: “Ahí no existe la polarización mediática, ahí existe el bolsillo”.

Con menor incidencia, una situación similar se da en la Patagonia.

 

La participación, clave

Una de las claves para las PASO del 11 de agosto será el nivel de participación. La tradición indica que la cantidad de personas que votan en las primarias es más baja que en las generales. Y en las últimas tres elecciones, el kirchnerismo luego se vio perjudicado por el mayor caudal de votos. En 2013 el beneficio fue para Sergio Massa, mientras que Cambiemos creció en 2015 y 2017.

Ante el escenario de polarización, el Gobierno detectó que necesita que la participación en las PASO sea más alta que de costumbre y por eso está dirigiendo sus mensajes para convocar a sus eventuales votantes a no relajarse y tomar las PASO como una mera encuesta.

Un analista que trabaja más cerca del peronismo ratifica que esa variable puede ser clave. “Si vota el 72/73% Alberto puede ganar por 3 o 4 puntos, si vota arriba del 75% se puede dar un escenario de mayor paridad”, dice.