POLITICA
No pierde centralidad

Marcos Peña volverá a ser el armador electoral manteniendo el perfil bajo

El jefe de Gabinete fue el orador central en la cumbre oficialista en Parque Norte. Su influencia sobre Macri y el gabinete reducido de Gobierno.

Marcos Peña 20180929
PARQUE NORTE. El jefe de Gabinete fue el orador principal de la cumbre de ayer de Cambiemos. | Cedoc

La centralidad de Marcos Peña es una de las principales políticas de Estado del macrismo. Cuestionado por el círculo rojo, algunos editorialistas, la UCR y parte del ala política del Gobierno, el jefe de Gabinete sigue siendo el funcionario más importante de Mauricio Macri. Sobrevivió tanto a las críticas de la oposición como al fuego amigo de Cambiemos. Si bien pagó un costo (corrieron a sus dos vices y resignó protagonismo mediático), Peña será el armador clave de la estrategia electoral para 2019.

El jefe de Gabinete escenificó ayer el tamaño de su influencia, al dar el discurso principal en el encuentro cambiemita de Parque Norte. Ahí se reunieron dirigentes y funcionarios. El objetivo fue limar los rencores que dejó el peor trimestre del Gobierno, incluido el achique de 21 a 11 ministerios, y empezar a definir un eje de campaña para las primarias de agosto próximo.

Receta oficial anticrisis: “cercanía y verdad”

“Es central entender este primer mandato como el que se reordena y construye”, resumió ayer Peña, dando una pista sobre el discurso oficial que se viene. Cerca del jefe de Gabinete pretenden una fórmula que mezcle optimismo, indulgencia hacia el propio gobierno y un pizca de autocrítica. O, más bien, de empatía ante las personas que más sufren la caída de la economía.

Por estos días, el equipo de Peña diseña un plan comunicacional orientado directamente a la clase media baja. El gobernador de Mendoza, el radical Alfredo Cornejo, ayer blanqueó esa pretensión. “Cuidar a la clase media es cuidar este proyecto”, afirmó en la cita de Parque Norte.

La renuncia de Luis “Toto” Caputo al Banco Central también derivó en cierto empoderamiento de Peña. Con un gabinete más homogéneo y cada vez menos plural, los únicos funcionarios con peso propio son Peña y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Macri parece haber tercerizado en ellos y en el FMI el trazo grueso de su plan de gobierno. Por fuera de esa santa trinidad a la que se ató, resulta irrelevante cualquier balance sobre ganadores y perdedores en el gabinete reducido del Presidente.

Peña, sin embargo, bajó notoriamente su perfil en las últimas semanas. La purga ministerial habilitó mayor libertad de acción para los funcionarios, que ahora cuentan con cierto relajamiento en el control de lo que declaran. Entre sus múltiples funciones, el jefe de Gabinete digitaba obsesivamente el rumbo de la comunicación, al punto de autorizar (o no) la participación de su tropa en los programas más vistos de la TV.

Ese repliegue no es sinónimo de pérdida de influencia. Al contrario, Macri sigue siendo el mayor peñista dentro de Cambiemos. “Más que poder político, a lo largo de estos años Marcos construyó poder de influencia sobre Mauricio”, resume un secretario que no milita el team de Peña. Sin idolatrarlo, otro funcionario le reconoce un mérito específico: “Antes de cada campaña lo puteo. Después, lo abrazo”, admite. En pocos meses, la fama resultadista de Peña se pondrá a prueba nuevamente.