POLITICA

Más kirchnerismo puro

Las nuevas apretadas del secretario. Ajuste disfrazado.Y una nueva sobreactuación malvinera.

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Lo que se narra a continuación ocurrió hace pocas semanas. Corría mitad de enero y Guillermo Moreno –cuyo verdadero papel es el de ministro de Economía en funciones– reunió a un grupo de empresarios. El tema tenía que ver con lo que se ha transformado en una obsesión oficial: la necesidad de evitar la fuga de dólares. Al despacho de Moreno llegaron cuatro empresarios, a quienes se les hacía muy difícil disimular la inquietud. Tras saludarlos, el secretario de Comercio fue al grano: “En este país hay tres grupos de empresarios: primero están los que aman a la República Argentina y exportan permanentemente sus productos; luego vienen los que importan algún producto y me tienen miedo; con ellos vamos a ir hablando y viendo cómo se desarrolla el día a día (ahí uno de los empresarios perteneciente a este grupo se animó a decir que tenía sus productos varados en el agua desde hacía 200 días, lo que fue contestado de inmediato por Moreno quien, con pocas pulgas, expresó: ‘Te dije que precisamente vamos a ir viendo el día a día, así que no me molestes más’); y finalmente están los que importan a granel, a los que, si siguen así, les va a ir muy mal”.

Antes de retirarse, los empresarios fueron agasajados con bombones, cuyo envoltorio tenía la leyenda “Clarín miente”. Uno de los asistentes, desconfiado, osó oler el bombón, lo que motivó la ira de Moreno y una admonición tajante de su parte: “¿Pero, qué creés, que te voy a envenenar con un bombón? ¿Desde cuándo utilizo métodos tan sutiles?”.

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