POLITICA
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Máxima tensión en la interna bonaerense del kirchnerismo

Aníbal Fernández asegura que la denuncia la financió un empresario. Julián Domínguez aludió a una campaña sucia.

Baile y campaña. La aparición de Domínguez junto a Tinelli inclinó a CFK a favor de Aníbal.
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La denuncia que vinculó a Aníbal Fernández con el triple crimen de General Rodríguez desató una interna despiadada entre los candidatos a la gobernación del Frente para la Victoria, que incluyó una carrera contrarreloj para detectar quién había estado detrás de lo que desde el equipo del jefe de Gabinete calificaron como una “operación de prensa”.

Fernández, quien negó todas las acusaciones de manera tajante, se convenció de que la emisión del programa de Periodismo para todos tuvo por objetivo sacarlo de carrera a una semana de las internas abiertas.

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Según allegados a la fórmula que integra con Martín Sabbatella, el funcionario con más cercanía a Cristina Kirchner difundió la versión a su entorno, de que un empresario vinculado al juego y ligado a sus rivales, Julián Domínguez y Fernando Espinoza, había financiado la supuesta operación en su contra. No trascendió el nombre. Por eso, en público, acusó a sus contrincantes de haber “puesto una millonada”.

En el programa de la TV Pública, 678, el jefe de Gabinete dio más detalles el jueves a la noche. Señaló que los supuestos armadores de la operación le dieron tres pagos de 300 mil pesos a Martín Lanatta, el condenado a perpetua por ser el autor material del triple crimen y quien vinculó a Fernández con el asesinato. Pero no presentó pruebas.

En el ínterin, unas fuentes sugieren que pidió información de los teléfonos celulares del penal de General Alvear, donde está detenido Lanatta, para averiguar si además de la producción, el convicto recibió otros llamados. Fuentes cercanas al gobierno bonaerense negaron que Ricardo Casal, el ministro de Justicia de Scioli, conociera de antemano la entrevista de Jorge Lanata. “Fue autorizada por una jueza y sólo entraron dos veces al penal, no seis o siete como se dice”.

El contragolpe de Julián Domínguez incluyó un mail y una cadena de Whatsapp que contenía un instructivo, atribuido a la Afsca, en el que se daban indicaciones de cómo ligar al presidente de la Cámara de Diputados con la denuncia de Canal 13. El organismo, que conduce Martín Sabbatella, negó que esas comunicaciones provinieran de la Afsca. El equipo de Domínguez negó que un empresario vinculado a la fórmula con Espinoza tuviera algo que ver en el armado de la entrevista de Jorge Lanata.

El mayor problema de Domínguez fue su aparición en el programa de Marcelo Tinelli un día después del programa de Periodismo para todos. Dicen que eso convenció a Cristina Kirchner de que Aníbal Fernández tenía razón. En el equipo del diputado nacional reconocieron que fue un error estratégico haber ido a Canal 13, aunque negaron que fuera la “consumación” de la operación contra su rival en la interna.

Domínguez le confió a su equipo que está muy dolido y que le jugaron “muy sucio” al ligarlo a Clarín. Pero lo cierto es que los dos se acusan de haber “cruzado límites”. Ayer, hubo llamados de “arriba” para bajar el nivel de confrontación.