POLITICA
operativo de seguridad para el 21F

Moyano busca no repetir errores y arma un plan para evitar incidentes

El líder camionero ya salió a advertir sobre la posibilidad de “infiltrados”. Su hijo Pablo planifica el orden con todos los grupos que se suman. Los antecedentes que preocupan.

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Imagen repetida. En marzo de 2017, un acto terminó con el robo del tradicional atril. En agosto, camioneros se enfrentaron en Plaza de Mayo usando cruces de los veteranos de Malvinas. En 2006, Madonna Quiroz se hizo famoso con los tiros en San Vicente. | cedoc

La marcha de Camioneros ya tiene fecha, horario y lugar confirmado. Será el 21 de febrero a las 15, en la intersección de las avenidas 9 de Julio y Belgrano. También están definidas las organizaciones sindicales, sociales y políticas que sumarán manifestantes. Según los organizadores, el impacto está ya garantizado por el número que convocarán. Prometen que será la marcha más multitudinaria contra la gestión de Mauricio Macri. Con estos datos en la mesa, aún hay un tema que causa gran preocupación en el comando de Camioneros: la seguridad y el riesgo de que ocurran incidentes.

La próxima semana, Pablo Moyano, que concentra el rol de coordinador con el resto de los sectores, mantendrá una serie de reuniones con representantes de todas las organizaciones adherentes para garantizar una marcha ordenada y sin sobresaltos. En paralelo, su padre, Hugo Moyano, salió a ventilar el temor de que haya “infiltrados” y calentó la previa de la marcha responsabilizando de antemano al Gobierno por cualquier incidente que ocurra. Los dos saben que el impacto de la movilización puede llegar a ser opacado por cualquier situación de violencia que suceda.

Los antecedentes para preocuparse sobran. El 22 de agosto último, una movilización de la CGT –que terminó siendo monopolizada por el moyanismo– fue escenario de enfrentamientos entre grupos violentos. Todos ellos eran de Camioneros, según se pudo ver en todas las imágenes y videos del acto. Quedó para el recuerdo la imagen de un voluminoso militante camionero, con su pechera verde, y una cruz de los veteranos de Malvinas como arma en su mano. Unos meses antes, en marzo, otro acto sindical terminó con la invasión del palco y el robo del atril histórico de la central. En los dos casos, la seguridad estaba a cargo del sindicato de Camioneros.

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Otro antecedente que preocupa es el de diciembre y las marchas de protesta contra la reforma previsional. En estos casos, los incidentes no ocurrieron entre manifestantes sino entre los movilizados y la policía. Junto con las marchas por Santiago Maldonado, marcan instancias de enfrentamiento y escenas de fuerte represión que se dieron con militantes de organizaciones de izquierda, anarquistas y otras agrupaciones. “Con Camioneros no puede pasar lo mismo, porque una cosa es reprimir a la izquierda y otra, a las columnas de miles que van a llegar desde todas las seccionales”, advierte una voz del gremio, al tanto de las tratativas para lograr un marcha ordenada.

El accionar de la Policía y otras fuerzas de seguridad queda fuera del campo de control del moyanismo, pero el objetivo es lograr que todos los factores que puedan alterar la marcha sean encaminados. A eso se dedicará Pablo Moyano los próximos días en reuniones que mantendrá con los referentes políticos y gremiales que sumarán tropa el 21F.

El miércoles, Pablo tuvo su primer encuentro, tras las vacaciones, con el titular de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria, Rubén “Pollo” Sobrero. Es el nexo entre la izquierda combativa y el moyanismo. Sobrero fue el encargado de proponer el cambio de fecha, para evitar que la movilización coincidiera con el aniversario de la tragedia de Once, el 22 de febrero, a tono con el insistente pedido de los familiares. La próxima semana volverán a reunirse, en este caso con el fin de coordinar la presencia de las principales agrupaciones de izquierda que irán, a pesar de que mantienen fuertes diferencias con la conducción “burocrática” de la CGT.

La próxima semana habrá otro encuentro entre Pablo y los dirigentes de la CTEP para coordinar la presencia de las columnas de los movimientos sociales. También habrá nuevas reuniones con los distintos sectores de la CTA. La clave para los organizadores es evitar choques entre las distintas facciones peleadas por la conducción de esa central.

Los aliados calientan la agenda

Los movimientos sociales que integran el Triunvirato de San Cayetano (CTEP, CCC y Barrios de Pie) realizarán una jornada de protesta el próximo jueves, 15 de febrero, como anticipo de la gran protesta del 21 que convoca Camioneros. Habrá, prometen, unas mil ollas populares en todo el país en reclamo de una ley de emergencia alimentaria y de un plan de obras públicas que active el trabajo en las cooperativas.

En paralelo, habrá ese mismo día un paro de ATE al que adhirió la conducción de la CTA que se opone a Pablo Micheli y lidera el sector de Víctor De Gennaro. El panorama de anuncios que desplegaron los aliados de la familia Moyano se completa con las acciones sectoriales que están impulsando los bancarios que dirige Sergio Palazzo. Ayer se concretó el primer paro que realizan por el conflicto de su paritaria, si no hay antes un acuerdo se concretaría una medida de 48 horas entre el 20 y el 21 de febrero. Además de estas medidas, también podría realizarse una protesta de los docentes bonaerenses que lidera Roberto Baradel, porque el próximo jueves se iniciarán las negociaciones paritarias a las que fueron convocados ayer por la gobernadora María Eugenia Vidal.