POLITICA
la otra pata del escandalo

Nicolás Ciccone y su yerno Reinwick, también indagados

El juez los citó el 18 de julio, tres días después que a Boudou. Quiere saber si son cómplices o víctimas del vicepresidente.

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El pedido de declaración indagatoria del juez federal Ariel Lijo impactó ayer de lleno en el Gobierno nacional, con la citación del vicepresidente Amado Boudou. Pero, también, apuntó contra los Ciccone, que hasta el momento habían intervenido en la causa como testigos y ahora serán interrogados por la justicia. Nicolás Ciccone y su yerno, Guillermo Reinwick, desfilarán por las escalinatas de Comodoro Py el viernes 18 de julio, tres días después que el ex ministro de Economía.
Como adelantó PERFIL, Lijo quiere saber si los ex propietarios de la imprenta fueron cómplices de la maniobra o meros perjudicados, ante el ahogo financiero y las supuestas presiones que habrían recibido. Según la resolución, “Boudou, aprovechando su condición de funcionario público, y Núñez Carmona, habrían acordado con Nicolás y Héctor Ciccone, y Guillermo Reinwick la cesión del 70% de la empresa Ciccone Calcográfica a cambio de la realización de los actos necesarios para que la firma pudiera volver a operar y contratar con la Administración Pública”.
Ante la citación de la justicia, las esquirlas alcanzaron a quienes comandaron por 60 años la imprenta privada más importante de la Argentina. Según le confiaron a este diario fuentes cercanas a la familia, los Ciccone están preocupados por las indagatorias, aguardarían la declaración del vicepresidente y, si ella los perjudica, pedirían su nulidad. “Van a tratar de demostrar que esto fue un delito entre privados, ¿por qué no me hacen reír?. O sea que yo tengo la palanca suficiente para levantar una empresa quebrada, ¿por qué no me hacen reír?”, se defendió ayer Reinwick. Aunque admitió que “tiene miedo” de hablar, el yerno agradeció “la posibilidad de pelear de igual a igual”, en referencia a las citaciones de Boudou, José María Núñez Carmona y Alejandro Vanderbroele.
Los Ciccone declararon como testigos en diciembre de 2013, oportunidad en la que denunciaron amenazas de muerte del socio del vicepresidente. Tras ser apartados del rol de querellante, llegaron las indagatorias. Así, Lijo relevó a Ciccone y Reinwick del “juramento prestado oportunamente, debido a que la declaración indagatoria es el acto procesal que mejor asegura el derecho de defensa”.
El caso comenzó el 1 de septiembre de 2010, cuando Nicolás y Héctor, ya fallecido, se habrían reunido con Boudou y Núñez Carmona. En esa cumbre, acordaron entregar el 70 % de las acciones de la empresa a The Old Fund. Según consta en el contrato firmado, el pacto incluía el levantamiento de la quiebra de la empresa, la aprobación del plan de pagos de la deuda fiscal, la inyección de capitales y el pago de 50 mil dólares mensuales a Nicolás y Héctor, por los conocimientos sobre cómo se manejaba la empresa.
La familia sostuvo que los pagos fueron esporádicos, imparciales y que sólo cobraron un millón de dólares. Se sintieron traicionados. Pero se mantuvieron en silencio, aguardando el mejor momento para la “vendetta”. En los últimos meses, los Ciccone tomaron la iniciativa y denunciaron que Boudou los “despojó”.
Con esa estrategia, buscan recuperar las acciones de la empresa -expropiada en 2012- y, de paso, llevarse una indemnización millonaria. La apuesta para quedarse con el botín económico apunta a demostrar que fueron extorsionados por Núñez Carmona, socio y mejor amigo del vicepresidente.
Los Ciccone fundaron la imprenta en 1951, pero recién dieron el gran salto en 1978, cuando diseñaron las entradas para el Mundial de Fútbol, debido a sus aceitados vínculos con la última dictadura militar. Su debacle financiera comenzó a finales de los 90 y culminó con su quiebra en julio de 2010. Ahora, tras las indagatorias, la empresa familiar vuelve a quedar en el ojo de la tormenta.