POLITICA
la muerte del fiscal

Nisman: la Justicia duda sobre dos datos clave de Gendarmería

La fuerza afirmó que el funcionario fue asesinado por dos personas y drogado con ketamina. Para el juez y el fiscal, faltarían pruebas.

Reconstrucción de la muerte de Nisman.
Reconstrucción de la muerte de Nisman. | Cedoc

El fiscal Eduardo Taiano y el juez Julián Ercolini continúan analizando el informe de los peritos de la Gendarmería que determinó que el fiscal Alberto Nisman habría sido asesinado por dos personas tras haber sido drogado con ketamina. Son justamente estos dos puntos los que aún no terminan de convencer a los investigadores. Ercolini y Taiano analizaron el escrito de los 23 expertos de la fuerza y dedicaron varias horas a interrogarlos sobre los hallazgos y las contradicciones con el primer informe del Cuerpo Médico Forense, confirmaron a PERFIL fuentes judiciales.

En 2015, los expertos de la Corte Suprema habían determinado que no podían asegurar la presencia de terceros en la escena del hecho. Tampoco detectaron que el tabique nasal de Nisman estaba roto y que el cuerpo presentaba un hematoma a la altura del hígado. Para los gendarmes ambos son producto de golpes producidos por sus atacantes para reducirlo antes de obligarlo a dispararse en la cabeza.

Los expertos de Gendarmería exhibieron radiografías para demostrar la rotura del tabique y argumentaron que el hematoma sólo podía ser producto de un golpe infligido.

Para Taiano y Ercolini, el informe de Gendarmería es “una prueba más” en el expediente, aseguraron a PERFIL muy cerca de los magistrados. Las explicaciones de los expertos saldaron varios de los interrogantes de los investigadores. Sin embargo, aún existen dos puntos clave en ese informe que los gendarmes basaron en “interpretaciones de las pruebas”: el juez y el fiscal pidieron explicaciones sobre la teoría de la participación de dos personas en el hecho. “Está novelado en base a las evidencias”, dijeron fuentes judiciales.

Sobre la ketamina, Taiano y Ercolini cuestionaron porqué el cuerpo de Nisman no presentaba evidencias de una inyección. La explicación de los peritos es que el cadaver estuvo “mal lavado” y que la sangre podría haber impedido divisar el pinchazo durante la autopsia realizada por el Cuerpo Médico en 2015.