POLITICA
entrevista con Magdalena

Norma Aleandro: “El Gobierno nos quiere tapar la boca”

En un reportaje en el que analiza la actualidad, la actriz defiende a NelsonCastro, cree que así vamos por mal camino y llama a defender la democracia.

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| Cedoc

No solamente la comunidad periodística se manifestó cuando supimos del levantamiento del programa Puntos de vista que, como es público, conducía Nelson Castro en radio Del Plata. Tal como lo señaló esta semana la Academia Nacional de Periodismo, este hecho constituye “un gravísimo y arbitrario ataque contra la libertad de expresión”. Y por eso mismo fueron también muchos los que se afligieron frente a este episodio que no condice con la democracia. A poco de conocerse la noticia, escuchamos por teléfono la voz inconfundible de Norma Aleandro:

—Quiero que hablemos de este tema. No es posible que vuelvan a ocurrir ciertas cosas que ya hemos vivido en el país –me dijo.

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Y, efectivamente, así lo hicimos, en una calurosa tarde de esta semana, en el silencio de la casa de Aleandro en la que afectos, recuerdos, libros y flores acompañan la vida de uno de los personajes más notables del teatro argentino.

—Todo esto me parece muy grave –explica Norma–, porque tenemos una experiencia de vida, a través de los años y con las distintas cosas que han ido pasando en nuestro país, que nos lleva a reaccionar. Me refiero a los que estamos por la República y la democracia, cuando vemos que ocurren este tipo de situaciones que a mí siempre me parecen peligrosas. Es cierto que hay otras situaciones que también me parecen peligrosas. No es la única. Pero lo de Nelson Castro colmó mi resistencia. Por eso te llamé: porque quería enterarme bien de cómo habían ocurrido las cosas. Yo no conozco a Nelson Castro. Es una persona a quien respeto, como respeto a otros periodistas que no son partidistas, sino que tratan de mostrarnos la realidad. Por supuesto, según su saber y entender, pero sin manipulaciones de la verdad. En todo caso, con distintos puntos de vista.

Muy lentamente nos tomamos un café, mientras todo es silencio en ese corazón de manzana del Bajo Belgrano.

—A mí me parece –prosigue, mientras sus dos grandes perros ovejeros la miran atentamente– que en una República, en una democracia, las necesidades básicas están constituidas por la libertad, la justicia y la verdad, respecto de los gobernantes y los funcionarios. A mi entender, estamos teniendo graves problemas. Varios. Mentiras, o verdades distorsionadas, por ejemplo. Mirá, siempre pienso que un gobernante es como un padre en una familia. Es el que da el ejemplo. Es por lo menos lo que debería ser, y cuando en los ejemplos de los padres aparecen las mentiras, se termina criando hijos inseguros y con nociones distorsionadas de la realidad. Creo que esto es lo que nos está pasando, y por eso mismo creo que también es bueno que lo veamos pacífica y tranquilamente. Te repito: hay muchas cosas que me parecen graves. Esta última de Castro es, definitivamente, una forma de taparle la boca a alguien que no está de acuerdo con algunas acciones del Gobierno. Por eso ayer tomé el teléfono y te llamé: porque sé que me ibas a contar la verdad del asunto. Cuando hablé con vos, me intranquilicé todavía más, porque me di cuenta de que los hechos no eran solamente una sensación mía, personal, porque no había mediado ninguna pelea con los dueños de Radio Del Plata sino que, con un contrato todavía vigente, habían dejado afuera a este señor, que es un periodista respetable.

Continúe leyendo el reportaje en la edición impresa del Diario Perfil.