POLITICA
DIARIO PERFIL

Nuevo escándalo en Cancillería por venta de visas

El embajador argentino en Tailandia acusó a un secretario de la dependencia diplomática a su cargo. El millonario negocio.

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| Cedoc

Las denuncias cruzadas por ventas de franquicias, visas, desvíos de fondos gastos exacerbados y maltratos están de moda en los pasillos del Palacio San Martín. El nuevo escándalo que sacude la cancillería envuelve a dos diplomáticos, tiene como escenario la ciudad de Bangkok y habría un supuesto negocio de más de 100 mil dólares en venta de visas.

El embajador argentino en el Reino de Tailandia, Felipe Frydman, acusó al secretario de la embajada de Bangkok, Javier Cebrelli, de vender una veintena de visas a ciudadanos de nacionalidad china. En la Cancillería se abrió un sumario para conocer los detalles del caso, pero los investigadores descreen de la versión del jefe de la misión argentina en el país del sudeste asiático y la historia se dio vuelta, porque ahora han puesto la lupa sobre Frydman.

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El 19 de agosto de 2008, Frydman envió a Buenos Aires la comunicación cablegráfica Nº 10.548/08 en la que acusó a Cebrelli de haber otorgado visas de turistas de manera “excesiva” y en forma “indebida” a chinos que estaban “en tránsito”. Según el embajador “la norma para el otorgamiento de visas de turistas para ciudadanos de otros países era residencia en este país (Tailandia), entendiéndose que las visas debían solicitarse en el país de origen”.

Al otro día de la lapidaria denuncia, Frydman firmó una nota interna donde indicaba que “atento a que el Consulado otorgó visas para ciudadanos chinos sin residencia en Tailandia, se instruye no dar curso a ninguna solicitud”. El 24 de agosto el embajador redobló la acusación y envió a la Cancillería el cable 10565/08 en el que acusó a secretario de la Embajada de “ recibir dinero a cambio de recibir visas”.

En uno de los párrafos se lee: “Desde que esta representación suspendiera el otorgamiento de visas de turistas a ciudadanos chinos no residentes se han recivido numerosos llamados telefónicos para realizar averiguaciones sobre dicho trámite, incluyendo el ofrecimiento de dinero”. También se consigna que los chinos habrían ofrecido cinco mil dólares por cada visa.

El 28 de agosto Frydman lanzó una nueva estocada: a través del cable 10579/08 informó su decisión de separar a Cebrelli de sus funciones en la Sección Consular. Un día después, Frydman remitió un nuevo cable en el que expresó sus sospechas sobre los posibles “abusos” de parte de ciudadanos chinos interesados en obtener visas transitorias para cambiar su status migratorio.

El 15 de septiembre, finalmente la Cancillería decidió que el cuestionado funcionario debía volver a la Argentina. Cebrelli goza de la comodidad de un sillón en la Dirección de América Central, Caribe y México. A través de sus abogados, dice que es inocente y acusa a Frydman de montarle una “campaña sucia” en su contra.

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